La selección española de tenis inicia esta tarde la fase de grupos de las finales de la Copa Davis, con República Checa, Australia y Francia como rivales, y con Carlos Alcaraz, número tres del mundo, como líder del equipo capitaneado por David Ferrer, que busca avanzar y estar entre los ocho mejores equipos del mundo para viajar a Málaga en noviembre y desquitarse del revés del año pasado.
El murciano llega al torneo como número tres del mundo, aunque no con las mejores sensaciones. En un 2024 exuberante en lo que a títulos se refiere, como campeón de Wimbledon, Roland Garros y con la plata olímpica en el cuello, su gira estadounidense no ha estado a la altura. El de El Palmar cayó a las primeras de cambio en Cincinnati y en segunda ronda en el US Open, en el que él mismo calificó del peor partido de su carrera.
Un bajón físico y mental que atrajo las dudas sobre su rendimiento, algo que deberá dar la vuelta sobre la pista desde hoy. “Mentalmente llego con muchas ganas, motivado, para seguir entrenando y seguir mejorando. Y, físicamente, he hecho un buen trabajo desde que perdí en Nueva York”, aseguró en la previa Alcaraz.