donostia - Sudáfrica e Inglaterra lucharán por la Copa del Mundo de 2019 el próximo sábado. Los Springboks consiguieron meterse en la final tras doblegar por 16-19 a una heroica selección de Gales, y ahora reeditarán el último partido del torneo de 2007 frente a los ingleses.

La segunda semfinal del campeonato enfrentó a dos selecciones con dos excelentes defensas. Sudafricanos y galeses disputaron un encuentro durísimo. Los europeos sufrieron muchísimo frente a la superioridad física de los Springboks, que pretendieron romper el muro defensivo de los galeses a martillazos, un trabajo de demolición con continuas cargas que Gales contenía con muchísimo esfuerzo. Y es que durante varias fases del partido los sudafricanos parecían ganar metros con cada contacto. El equipo europeo sufría, pero resistía. Para aliviar la presión, sobre todo en el primer tiempo, el balón voló bastante tiempo por los aires. Los galeses se quitaban el oval de encima tratando de ganar metros con el pie, pero los sudafricanos, sin muchas ganas de jugar a la mano, les devolvían la patada para buscar una nueva colisión contra el receptor del oval. El partido no dejó ver mucho juego a la mano ni largas carreras, y los dos equipos se mostraron bastante conservadores, pero ambos derrocharon intensidad y esfuerzo, y la incertidumbre por el resultado y la igualdad hasta los últimos minutos derivó en un encuentro muy entretenido para el espectador. Especialmente las dos delanteras realizaron un trabajo titánico durante todo el partido. Gales, pese a todo, contuvo las acometidas sudafricanas y, además, sacó petróleo de las infracciones de sus rivales. Y es que el marcador en el primer período solo se movió a base de golpes de castigo. Pollard adelantó a Sudáfrica (0-3), luego dos patadas de Biggar pusieron por delante a Gales (6-3) y otros dos lanzamientos del diez de los Springboks dieron ventaja a los africanos antes del descanso (6-9). Para entonces, el XV del Dragón ya había perdido a dos de sus jugadores por lesión, el ala George North y el pilier Tom Francis.

Pese a su tremendo desgaste, Gales seguía en el partido, y lo demostró en la reanudación poniendo el empate en el marcador por medio de Biggar (9-9. Sudáfrica, sin embargo, respondió después con su único ensayo. El centro Damian de Allende se deshizo de tres defensores galeses y Pollard transformó su marca para lograr el 9-16. Lejos de derrumbarse, los galeses pasaron a jugar sus minutos más agresivos. Tras una larguísima sucesión de picks and go, placajes y rucks a unos pocos metros de la línea sudafricana, Alun Wyn Jones escogió jugar como una melé una penalización en lugar de lanzar a palos. Los europeos movieron el balón hasta su banda izquierda y el ala Josh Adams posó el balón en la zona de marca, Halfpenny no falló la conversión y el partido volvió a estar empatado (16-16). El partido llegaba a su fin y la incertidumbre seguía en el marcador. El galés Rhys Patchell -que había sustituido a Biggar- intentó ponerse por delante con un drop en el minuto 72, y Pollard lo imitó dos minutos después, también sin éxito.

Los sudafricanos llegaron más enteros al final y se asentaron en el medio campo de un agotado equipo galés, y el apertura de los Springboks resolvió el encuentro con un último golpe de castigo que hundió a los europeos (16-19).