Pilas cargadas al máximo para un partido crucial. Estamos en las semifinales de la Europa League y llegados aquí nos esperan unos partidos tremendos. En mayo, y eso pesa, pero en los últimos tiempos Valverde ha ido gestionando de la mejor manera posible los esfuerzos. Salvo Sancet, que está lesionado, el resto de futbolistas están preparados para volver a hacer historia. Esta campaña además la final es en casa. Más alicientes imposible.

Enfrente el Manchester United, un rival con una historia increíble y probablemente junto con el Liverpool, los dos clubes más importantes de Inglaterra. El City es cierto que en los últimos años ha tenido muchos triunfos pero en lo que se refiere a historia, estos dos le superan con creces. No están en su mejor temporada pero es bien sabido que han puesto todos los huevos en la cesta de Europa. Es la opción que tienen para jugar la Champions y el premio es lo suficientemente suculento como para no echar el resto en estos partidos de la semifinal.

La plantilla del United no es ninguna broma. Jugadores contrastados en un equipo que no ha funcionado como tal pero que en Europa no ha perdido esta campaña ni un solo partido. Los futbolistas empiezan a oler el título y esto les activa como ninguna charla o táctica de entrenador lo puede hacer. Saben que es la oportunidad de salvar una campaña para el olvido en una institución que no está acostumbrada a perder tantos partidos en su liga doméstica.

"No hay que fiarse"

La ida en San Mamés es determinante, por lo menos así lo creo. Todo lo que no sea un buen resultado complicaría mucho el pase. En la ronda anterior vimos de lo que es capaz el equipo británico cuando lo tenían prácticamente imposible ante el Olympique Lyon. No hay que fiarse nada y por ello aquí hay que ir a tope desde el primer minuto, todos. El ambiente va a ser bestial, no puede ser de otra forma.

Confianza plena en el grupo de Valverde, no van a fallar, todo lo contrario. Saben lo que es sufrir como nadie y tienen fútbol y futbolistas de sobra para vencer al equipo de Amorim. Día de fiesta en el que la gente llegará con tiempo a La Catedral y espero y deseo que no haya incidentes. Aquellos que quieran destruir la fiesta del fútbol y la ciudad que se queden en su casa y destruyan sus pertenencias. No los queremos ni en San Mamés ni en Bilbao. Aupa Athletic.