LOS leones no están en su mejor momento, para nada. Las dudas aumentan con el paso de las jornadas y lo que empezó viento en popa está rolando. Las velas empiezan a encogerse. Valverde ve problemas en la consistencia del equipo y, fruto de ello, en la rueda de prensa tras el partido ante el Girona, incidió hasta en dos ocasiones en el mismo término. No solo lo ve él, cualquiera que analice lo que le está sucediendo de un tiempo a esta parte enseguida advierte de que defensivamente este Athletic es más vulnerable. Los rivales con poco te hacen peligro y si tú no estás acertado en el área contraria te llevas un disgusto como el del último partido.
No es nada que no hayamos vivido otras veces. Este patrón se repite tristemente en los años que preceden a esta campaña y por la pinta ponerle solución va a ser complicado. Muchos auguraban una temporada de las de ensueño y el rock and roll por todos los lados. Comprendo que la ilusión es ciega pero analizar los primeros partidos este curso era lo último que había que hacer en clave positiva o por lo menos darle un valor exagerado. El calendario fue un regalo. La verdadera temporada llegaba luego.
El Athletic ha demostrado muchísimas veces que puede mudar su piel en 48 horas y es obvio que mañana miércoles ante Osasuna vamos a ver a otros jugadores con respecto a lo visto ante el Girona. No hablo de futbolistas distintos, hablo de otra actitud pero, sobre todo, una aptitud mucho mayor. Es por eso que confío plenamente en la tropa de Valverde de cara a la ida de las semifinales. Va a ser una batalla épica en la que los rojiblancos, seguro, van a mostrar la mejor de sus galas y nadie les podrá reprochar entrega, intensidad, agresividad y actitud en dosis tamaño XXXXL. El único y principal problema que veo es que enfrente vamos a tener una réplica de lo nuestro y por aquí la equiparación va a ser total. Los detalles decantarán el duelo hacía un bando y por eso la atención tiene que ser máxima. Apuesto por el Athletic y sus futbolistas, solo queda que lo demuestren en el campo.