El Athletic volvió a sufrir de mal de altura. Se desvaneció antes incluso de que arrancara su partido frente al Girona, el que pudo haberle devuelto a los puestos europeos. Pero el conjunto rojiblanco volvió a desperdiciar una muy buena oportunidad y lo hizo en un pésimo momento, a las puertas de disputar el partido de ida de las semifinales de Copa ante Osasuna. Cierto es que sigue metido en la pomada, con la sexta plaza a solo dos puntos, pero le separan ya ocho del Betis, que es quinto, y la Champions asoma inalcanzable a día de hoy. La derrota contra el conjunto catalán, que también se hizo con el triunfo en Montilivi en la primera vuelta en otro partido para olvidar de los pupilos de Ernesto Valverde, provoca dudas, lógicas, por la pésima imagen ofrecida por todo el colectivo, con contadísimas excepciones; por si fuera poco, además, bastante peores son sus consecuencias en forma de lesión. Más que un parte médico, lo del Athletic bien podría ser un parte de guerra.

En la previa se cayó de la nave Nico Williams, que sufre un esguince en el ligamento lateral interno de su rodilla derecha, un asunto llevado con el máximo mimo posible desde el club, hasta el punto de que Txingurri no avanzó la convocatoria en la previa, como ha venido haciendo a lo largo de esta temporada. Claro que lo que mal empieza aún puede acabar peor. Y así fue. En el repaso realizado por Valverde a la conclusión del encuentro enumeró hasta cuatro lesionados más: Yeray Álvarez, con molestias en el adductor; Unai Simón, que tiene unos problemas en el tendón de Aquiles de su pie derecho; Raúl García, que se hizo esguince en el hombro izquierdo; y el más grave de todos, Jon Morcillo, que se rompió la clavícula izquierda. En definitiva, una baja confirmada para la cita de este miércoles en Iruñea y otras cuatro probables, si bien alguna puede darse por segura, como la de Nico. Eso sí, Iñigo Martínez y Ander Herrera podrían estar en condiciones de regresar a la lista, si bien deberán recibir primero el alta médica.

Lesiones y molestias al margen, el otro gran problema que dejó la derrota ante el Girona fueron las dudas en defensa. El Athletic, como norma, había sido un equipo con cierta solidez en defensa, poco acostumbrado a que el rival le hiciera ocasiones en grandes número. Y ante el Girona más o menos se cumplió esto último, pues no fue una máquina ofensiva el equipo de Míchel, ni falta que le hizo, pero casi en cada ataque de los catalanes el descontrol fue total. Sin tener la necesidad de atacar a tumba a su rival, el conjunto catalán se convirtió en el primer equipo que le marca tres goles al Athletic en un primer tiempo en San Mamés, aunque dos de ellos llevaron la firma de dos futbolistas locales. Además, por primera vez desde el 6 de enero de 2021, coincidiendo con el debut de Marcelino García Toral en el banquillo, los leones recibieron tres goles en un mismo partido en casa.

Tampoco tuvo el equipo la claridad suficiente a la hora de mover el balón, y mucho menos velocidad, como para superar a la por momentos poblada defensa del Girona. Y claro, si arriba no tienes finura, por mucho que el Athletic hiciera dos goles, y en defensa eres un auténtico flan, lo más lógico es que pierdas.

Así terminó siendo. El Athletic desaprovechó una bonita ocasión de asaltar posiciones europeas, de las que se descabalgó hace ya ocho jornadas, y no termina de dar ese paso al frente que se le exige, especialmente desde la directiva, que el viernes, durante la presentación de su plan de acción para los próximos tres años, volvió a poner el foco en la necesidad de recuperar el ADN ganador del club.

LA CIFRA: 483

Óscar de Marcos ha disputado ante el Girona su partido número 483 con la camiseta del Athletic, un registro que le sitúa en la octava posición del ‘ranking’ histórico del club igualado con José María Orue. El de Biasteri podría dar caza esta misma temporada a Piru Gainza, que jugó 496 encuentros como león.

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