Ya sé por qué nunca me han llamado para ser asesora. No he sido segurata, ni portera de un putetxe y tampoco figura aizkolari en mi curriculum. Creo que también me falta ser chófer con antecedentes. El tal Koldo García, una mezcla de Luis Roldán y Villarejo en alto, representa lo peor de la política; gente sin méritos que jamás debería ocupar un puesto público. Tampoco parece que fuera el más listo de la clase. Nada que ver con la sofisticación de un Rato o un Bárcenas. Pero este tipo se movió libremente en la administración, con la fuerza necesaria para decidir grandes cifras de gasto, sin disponer de ninguna cualificación profesional que lo justificase. Habría que revisar los estándares de los cargos de confianza cuya única capacidad es la supuesta lealtad, y ser amigo, sobrino o colegui. Además ni se había leído el Manual de los ladrones. Parte I. Porque se hizo, sin disimulo, rápidamente, con cuatro pisos sin hipoteca, cochazos y firmó testamentos sucesivos tras las adquisiciones. Los del Imserso ya tienen otra visita cultural obligada en el paseo marítimo de Benidorm; los pisitos del chorizo para ver de dónde saca pá tanto como destaca. Porfa, déjense asesorar por quién les dé la gana, por el cartero si quieren. Y vayan a confabular a la marisquería que les apetezca. Pero no les obliguen a pagar a los contribuyentes, y sobre todo, si sus colaboradores les salen rana, no escurran el bulto.