ECOMIENDO una mirada a las profesiones que el Gobierno cubano sigue prohibiendo a la iniciativa privada. El listado del Ministerio de Trabajo recoge 124 prohibiciones expresas y reveladoras. Empieza por las actividades agropecuarias, y ahí proscribe la plantación de narcóticos por libre y la caza para venta de las piezas. Vale. Luego recorre los principales suministros básicos del país: desde energéticos a gestión del agua, que deben seguir ajenos a la iniciativa privada, se intuye que para garantizar su distribución equitativa. ¡Oka! Moverse por libre también tiene pleito porque ni el transporte aéreo ni el acuático -o sea, entrar o salir de la isla- ni la automoción -o sea, moverse dentro- pueden quedar fuera del control público. Y viene lo más peliagudo: prohibida la I+D, la educación, el ejercicio de la medicina, la ingeniería y la arquitectura por libre. El conocimiento, en definitiva. Y, por fin, las gentes de vida disipada: la actividad cultural, bibliotecas, artistas, el deporte, las apuestas y los periodistas, además de las tecnologías de difusión de información, A los juntaletras nos inscribe en la Sección R de prohibiciones, junto a los zoológicos. Será que pensar cosas y, encima, decirlas es acechanza del diablo imperialista y te salen pezuñas. Ungulados, como los ciervos. ¡Ah! Morirse se puede, pero te entierra el Estado, que las pompas fúnebres tampoco se curran por libre.