DEFINITIVAMENTE, parece como si la Naturaleza se hubiese enfadado. Que no sea así exactamente no quiere decir que no tengamos que pensar y actuar como si así fuera. Los cuatro elementos se han puesto de acuerdo estos días para darnos prueba de su extraordinaria fuerza y de nuestra gran vulnerabilidad, sobre todo donde hacemos más daño al planeta. Inundaciones catastróficas (agua). Incendios pavorosos (fuego). Terremotos devastadores (tierra). Tifones y huracanes destructivos (aire). Tragedias naturales que siempre pagan más caro los de siempre, los que menos tienen.
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