El líder del brazo político del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), Ismail Haniye, viajó ayer a Egipto en el marco de un proceso de negociaciones para un posible acuerdo de alto el fuego en la Franja de Gaza a cambio de la liberación de rehenes. Hamás manifestó que Haniye “llega a la capital de Egipto, El Cairo, como jefe de una delegación de la cúpula del movimiento para mantener discusiones con funcionarios egipcios sobre las condiciones políticas ante la guerra agresiva contra Gaza y los esfuerzos para detener la agresión, entregar ayuda a la gente y lograr los objetivos del pueblo palestino”.

Según las informaciones recogidas por el diario palestino Filastin, vinculado a Hamás, junto a Haniye viaja Jalil al Haya, otro alto cargo del grupo islamista que reside en la capital de Catar, Doha, al igual que el líder del ala política de la formación.

Durante las últimas semanas ha habido una serie de esfuerzos para mediar un acuerdo entre Israel y Hamás –encabezados por Catar, Egipto y Estados Unidos– para un alto el fuego, la entrega de ayuda humanitaria a Gaza y la liberación de todos los rehenes en manos del grupo y otras formaciones palestinas.

La visita llega después de que una delegación encabezada por Al Haya se desplazara el 8 de febrero a El Cairo para abordar estas conversaciones, si bien días después Osama Hamdan, un alto cargo del brazo político del grupo, afirmó que la última propuesta de Israel no ayuda a acercar posturas. Así, acusó al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, de “mantener una política de evasión y procrastinación” y de “no estar interesado en lograr un acuerdo”.

Catar pide más presión

En este contexto, el emir de Catar, Tamim bin Hamad Al Thani, y el de Kuwait, Mishal al Ahmed Al Jaber, pidieron ayer que la comunidad internacional ejerza más “presión” sobre Israel para detener la guerra en la Franja de Gaza y proteger a los civiles en el asediado enclave palestino.

Ambos jefes de Estado “pidieron presión sobre Israel”, de acuerdo con un comunicado conjunto emitido al término de la visita del kuwaití a Doha, en la que también resaltaron la necesidad de que el Consejo de Seguridad de la ONU “asuma su responsabilidad de detener las operaciones militares en los territorios palestinos”.

Asimismo, recordaron que Israel “debe detener su agresión e impedir los intentos de imponer el desplazamiento forzado de los palestinos” en Gaza, algo que –reiteraron– constituye “una flagrante violación del derecho internacional humanitario”.

En este sentido, afirmaron que la única vía para alcanzar la paz “justa” en Oriente Medio es mediante la solución de los dos Estados, que contempla la creación de un Estado palestino independiente en base a las fronteras de 1967 y con Jerusalén Este como capital.

La guerra sigue

Mientras, el embajador de Israel ante la Unión Europea (UE) y la OTAN, Haim Regev, afirmó ayer que la guerra de su país en Gaza no se detendrá hasta que Hamás libere a los rehenes secuestrados, y dijo que “todas las opciones están sobre la mesa”, en referencia a una posible intervención terrestre en Rafah.

“La guerra no parará hasta que todos estos rehenes regresen”, declaró el diplomático en una rueda de prensa en Bruselas junto a una delegación de familias de personas capturadas por Hamás y que está en Bruselas para reunirse con funcionarios europeos y belgas.

Regev recalcó que la guerra actual de Israel no es “contra los palestinos”, sino “contra Hamás”, y agregó que el conflicto bélico puede detenerse “en una hora, en un minuto”, si se libera a los rehenes. “No estamos en contra de las pausas humanitarias. Estamos dispuestos a detener la guerra, pero queremos ver a los rehenes de vuelta a casa”, resaltó.

En cuanto al triste balance de la guerra, el número de víctimas en Gaza por la ofensiva militar de Israel aumentó a casi 29.200 muertos y 69.000 heridos, la mayoría de ellos niños y mujeres, mientras la situación en el hospital Naser, el más importante del sur de la Franja, sigue siendo “catastrófica” tras la incursión del Ejército israelí.

“Durante las últimas 24 horas, la ocupación israelí cometió nueve masacres contra familias en la Franja de Gaza, resultando en 103 muertos y 142 heridos”, informó ayer el ministerio de Sanidad de Gaza, controlado por el ala política del grupo islamista Hamás.

Esto eleva el recuento total de víctimas en 137 días de guerra a “29.195 muertos y 69.170 heridos”, además de unos 7.000 desaparecidos bajo los escombros y otros puntos inaccesibles para las ambulancias en el enclave palestino, añade el ministerio.

Por otro lado, la situación en el interior del hospital Naser, ubicado en Jan Yunis y el más importante del sur de la Franja, “ha superado la catástrofe y constituye una amenaza directa a la vida del personal y de los pacientes” luego de que el Ejército convirtió el centro médico en “cuartel militar”, indicó la misma fuente.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), que el domingo y lunes pudo acceder al hospital, ha evacuado a 32 pacientes a otros centros de la Franja, y aseguró ayer que la situación en Naser es “indescriptible”. “Alrededor de 130 pacientes y al menos 15 doctores y enfermeras continúan dentro del hospital”, indicó en rueda de prensa el portavoz de la agencia de la ONU, Tarik Jasarevic.

El Ejército defiende sus incursiones en zonas civiles argumentando que son utilizadas por Hamás para realizar operaciones bélicas. Varios túneles con infraestructura militar han sido hallados debajo o cerca de hospitales.