El Ayuntamiento de Waverley, en el este de la capital australiana de Sídney, anunció este miércoles la cancelación por primera vez de todos los eventos previstos para la noche de Año Nuevo en la turística playa de Bondi, tras el atentado contra la comunidad judía que tuvo lugar en ese litoral el pasado domingo y que dejó 16 muertos.

Los eventos previstos iban a congregar a unas 15.000 personas, según la empresa promotora, Fuzzy, que hoy informó de que los asistentes ya han sido contactados y recibirán el reembolso automático de las entradas en un plazo de siete días.

Nunca se había anulado por completo el espectáculo de los fuegos artificiales en la bahía de la capital de Australia desde que se inauguró en 1976. En todo caso, se ha modificado o restringido en situaciones excepcionales como en 2020-2021, en plena pandemia de covid, cuando no hubo público. Anteriormente, con los incendios forestales de 2019-2020 se produjo un intenso debate político y social para cancelarlo por respeto a las víctimas, pero se mantuvo al final. Incluso con condiciones meteorológicas adversas, se han activado planes de contingencia, pero no se ha suspendido.

Festividad de Janucá

La decisión se produce mientras la playa, uno de los enclaves turísticos más emblemáticos del país, permanece ocupada por fuerzas de seguridad y se ha convertido en un espacio de duelo y homenaje a las víctimas del ataque, ocurrido durante un acto de la comunidad judía por la festividad de Janucá.

Ofrenda floral por las víctimas del tiroteo de Sídney. Europa Press

En medio de esa celebración, dos hombres -padre e hijo- abrieron fuego contra la multitud que se encontraba en la playa de Bondi, lo que causó 16 muertos, incluyendo uno de los perpetradores, y decenas de heridos.

Según las investigaciones preliminares, las autoridades creen que padre e hijo actuaron de manera independiente y que estuvieron influidos por ideología vinculada al Estado Islámico (EI). El primer ministro de Australia, Anthony Albanese, afirmó hoy que el Gobierno examinará en profundidad el funcionamiento de los sistemas de inteligencia del país tras reconocer la existencia de "problemas reales" en su operativo tras el atentado.