Cuidado con el ‘icing’: la DGT impone multas de hasta 200 euros por ello
El auge del coche eléctrico trae nuevos retos en las ciudades y obliga a replantear cómo usamos los espacios de aparcamiento
Existe una conducta muy habitual en nuestras calles conocida como "icing". Se trata de aparcar vehículos con motor de gasolina o diésel en zonas reservadas exclusivamente para coches eléctricos o híbridos enchufables (lugares que, además, suelen estar junto a los puntos de recarga) durante lapsos indeterminados de tiempo. Esta práctica según la DGT, no solo es incívica, sino también ilegal y ha decidido ponerle freno definiéndola claramente como una infracción grave.
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La medida de la DGT
Para frenar el problema, la DGT y las autoridades locales establecen sanciones que oscilan entre los 100 y 200 euros. La cuantía dependerá de la gravedad de la infracción: si se aprecia una ocupación malintencionada, la multa puede llegar al máximo. Estas plazas están señalizadas con la señal R-308, y su incumplimiento se califica como una obstrucción ilegal a la recarga de vehículos que dependen de la electricidad.
Varios medios especializados en motor y normativa denuncian que ya se han intensificado los controles para sancionar estas conductas que dificultan el uso adecuado de la infraestructura eléctrica.
Por qué estas plazas son tan importantes
Con el aumento de los vehículos eléctricos, que ya superan el medio millón de unidades en circulación, estas zonas de recarga se vuelven esenciales para garantizar la movilidad diaria. Muchos conductores eléctricos viven situaciones incómodas cuando llegan a un punto de carga y lo encuentran bloqueado por un coche de combustión. Esa incomodidad, sumada a la escasez de plazas disponibles, ha llevado a que la DGT actúe con firmeza y empiece a multar firmemente a los ususarios que hagan el mencionado 'icing'.
El auge del vehículo eléctrico
El mercado de los coches eléctricos ha experimentado un crecimiento sin precedentes en los últimos años y 2025 está confirmando la tendencia. Según la Agencia Internacional de la Energía, en el primer semestre del año se vendieron más de 9 millones de vehículos eléctricos en todo el mundo, lo que supone un incremento cercano al 30 % respecto al año anterior. En Europa, uno de los mercados más dinámicos, se alcanzaron los 2 millones de matriculaciones, con un aumento del 26 % interanual, mientras que en países como España el avance es aún más acelerado: las ventas de eléctricos puros han crecido entre un 40 % y un 67 % en lo que va de año, consolidando al Estado como uno de los focos de mayor expansión dentro del continente.
Este auge responde a varios factores: la mayor oferta de modelos en todos los segmentos, desde utilitarios urbanos hasta SUV de gran tamaño, la mejora de las autonomías, que ya superan con facilidad los 400 kilómetros en muchos vehículos, y las políticas públicas de incentivo que facilitan la compra, junto con un despliegue cada vez mayor de puntos de recarga. Los analistas prevén que en 2025 uno de cada cuatro coches vendidos en el mundo sea eléctrico, y que la cifra se acerque al 40 % en 2030, lo que marca un cambio histórico en la forma de entender la movilidad.