HYUNDAI ha apostado por mantener la denominación Kona, un poco para regocijo de gallegos y portugueses, y más por considerarla representativa de un producto que se gana con creces su buena reputación. No obstante, la casa surcoreana podía haber optado por cualquier otro nombre distinto, dadas la transformación y la progresión mostradas por esta segunda entrega. El notorio ascenso de talla y categoría propicia que el Kona coma terreno al Tucson y plantee una interesante alternativa de compra.

Un reportaje de Juan Ángel Martínez

Erigido sobre una plataforma completamente nueva, el modelo adquiere empaque y facultades. Deja de medirse a los coches compactos, de capacidades limitadas, para tutear a productos más completos y versátiles. El nuevo Kona es ya uno de esos SUV ambiciosos, concebidos para desempeñar con plenas garantías la función de único automóvil de cualquier familia.

El aumento de tamaño resulta determinante, al fomentar la habitabilidad sin menoscabar la facilidad de manejo. Ahora tiene 4,35 metros de largo, eslora idéntica a la del primer Tucson/iX35; ocupa 1,825 de ancho y alcanza una altura de 1,57 m. Esta segunda remesa es, por tanto, 15 centímetros más larga, 2,5 más ancha y apenas medio más alta. Prolonga 6 cm la batalla (2,66 m) para garantizar un grato desahogo a bordo, sensación patente sobre todo en las plazas traseras. El portaequipaje gana un 30% de capacidad y brinda 466 litros útiles.

Por otra parte, el estirón confiere esbeltez a una carrocería de formas sencillas, que se adorna con detalles innovadores como los grupos ópticos carenados de los costados o el trazo lumínico horizontal que recorre el frontal. La cabina se contagia de ese estilo depurado y presenta con discreción abundantes dotaciones tecnológicas. Fiel a sus principios, Hyundai dota al modelo de un equipamiento de seguridad, conectividad y bienestar sin competencia dentro de la categoría. Es un modo de compensar el ascenso de precio.

Una vez completado el despliegue de la gama, el público tiene a su disposición un reparto de motorizaciones completo y diverso. Cada variante motriz mantiene unos modales impecables, conciliando distintos grados de aplomo y precisión. El Kona da a elegir media docena de interpretaciones: tres de gasolina (dos de 120 y una con 198 CV), una híbrida convencional HEV (141 CV) y dos 100 % eléctricas (156 y 218 CV).

El primero de esos capítulos contempla conocidas mecánicas de gasolina. Una es la 1.0 T-GDi de tres cilindros, disponible en versiones normal y microhíbrida a 48V, con caja manual o automática; ambas aportan 120 CV. La versión mild hybrid, que reclama 1.250 euros más y se acerca así a los treinta mil euros antes de descuentos, acredita consumos y emisiones ligeramente inferiores.

La otra candidatura exclusivamente a gasolina emplea el motor 1.6 T-GDi, cuyos 198 caballos deparan reacciones mucho más efusivas y gratificantes. Además propone tracción delantera e integral, siempre con transmisión automática de siete marchas y puesta en escena deportiva, desde 34.040 euros.

Entre esas dos motorizaciones térmicas, Hyundai inserta la 1.6 GDi Full Hybrid. Coordina un bloque de gasolina y otro eléctrico para obtener una potencia conjunta de 141 caballos; los remite a las ruedas delanteras con ayuda de una caja automática de seis relaciones. Quema de 4,5 a 4,7 litros cada cien km, según los registros de homologación, expeliendo entre 103 y 107 gramos de dióxido de carbono. Esta variante HEV solicita al menos 32.040 euros, antes de considerar descuentos y subvenciones.

El elenco del Kona culmina con las interpretaciones a pilas, reconocibles por sus ligeras modificaciones formales. Hyundai sugiere dos combinaciones de batería y potencia: una con 48,4 kWh y 156 CV, otra con 65,4 y 218. La primera promete recorrer 377 km de un tirón; la otra augura más chispa y eleva su autonomía oficial hasta 514 km seguidos. Una arranca su tarifa al borde de los 41.000 euros, y la superior lo hace cinco mil más arriba. Los descuentos acumulados (hasta 3.400 euros por parte del fabricante), sumados a las subvenciones oficiales, rebajan sensiblemente esos desembolsos. Los planes de la firma euroasiática no contemplan una variante híbrida enchufable del Kona.