La creación de una universidad vasca y de unos estudios primarios en euskera era una aspiración que venía gestándose desde finales del siglo XIX. La Universidad de Oñate, fundada en el año 1540, cerraba sus puertas en 1842 principalmente por problemas económicos, quedándonos los vascos sin una Universidad propia, y pese a que la Universidad de Deusto, regida por los jesuitas, se abrió en el año 1886 se aspiraba a una universidad vasca no ligada a la Iglesia, es decir, una universidad secular.
Durante la primera década del siglo XX se comenzó a reivindicar una universidad pública vasca, que fue tomando una notoriedad cada vez mayor. En este sentido, destacó, entre otras, la moción del Ayuntamiento de Donostia en 1914, junto con las diferentes iniciativas promovidas por Eusko Ikaskuntza/Sociedad de Estudios Vascos, llegando incluso a la elaboración del borrador de los estatutos.
Ángel de Apraiz y Buesa, catedrático de la Universidad de Salamanca y a la postre responsable máximo de la creación de la Universidad Pública Vasca, fue uno de los principales motores de este movimiento reivindicativo, pronunciando el 5 de enero de 1918 en Bilbao un discurso bajo el título Pro Universidad Vasca que, de alguna manera, fue el manifiesto fundacional de todos los que pedían una Universidad Pública Vasca, y a la que se sumó la Sociedad de Estudios Vascos–Eusko Ikaskuntza, impulsor de un importante movimiento entre 1918 y 1923, que se paralizó durante la dictadura de Primo de Rivera volviendo a resurgir en 1931, donde ya se mencionaba como plausible en el Estatuto de Lizarra.
Euzko Ikasbatza-Federación de Escuelas Vascas se creó en 1932 y ya durante ese año y el siguiente agrupaban a varias ikastolas en Bizkaia, Gipuzkoa, Araba y Nafarroa, teniendo como sede social Sabin Etxea en Bilbao. Los impulsores de esta iniciativa querían una enseñanza que garantizara y nutriera a la sociedad vasca en euskera. El 7 de agosto de ese mismo año se organizó el I Congreso de Estudiantes Vascos en Bergara al que acudió Telesforo Monzón en nombre del Ayuntamiento, estando también presentes Ángel Apraiz, y el entonces diputado José Antonio Agirre, entre otros. A partir de 1936, comenzada ya la guerra, fue el Gobierno Vasco quien continuó con la labor de la Federación, tanto en Euzkadi como en el exilio.
Los principales problemas para la creación de las ikastolas y de la Universidad Pública Vasca fueron políticos y económicos. Por esto mismo se pusieron en marcha iniciativas de diferente índole, siendo una de ellas la emisión de unos sellos –o más bien viñetas de uso postal– que, si bien no tenían validez como franqueo ni como justificante de pago de envíos, sí cumplían una importante función propagandística y reivindicativa. Estas viñetas, realizadas en 1932, llevaban inscripciones como Pro-Universidad Vasca, Pro-Universitas Vasconum y Ikastola Naguziaren Alde, todas ellas con el mismo significado expresado en diferentes formas: Universidad Vasca.
Estas viñetas resultan especialmente llamativas por incluir en varias de ellas la cruz gamada. Conviene recordar que, a comienzos del siglo XX, esta cruz era un símbolo vasco muy anterior a que Hitler lo adoptara como emblema de su partido. De hecho, fue utilizado por asociaciones como Euzkeltzale Bazkuna (Asociación de la Lengua Vasca), de Juventud Vasca de Bilbao, a partir del 13 de diciembre de 1914, a través de las llamadas Euzkel-Orratzak. Estos distintivos, que se colocaban en corbatas y solapas, servían para que los euskaldunes de la época pudieran reconocerse entre sí y saber con quién podían hablar en euskera. Su función era, en esencia, la misma que cumplen hoy las chapas de Euskaraldia. A partir de 1935, para evitar confusiones con la simbología nazi, la cruz gamada fue siendo sustituida por el lauburu, aunque a comienzos de la guerra civil algunos gudaris, en especial de ANV, siguieron llevando alfileres con la gamada en el uniforme, llamando la atención a los milicianos que provenían de fuera de Euzkadi por lo que significaba para ellos dicho símbolo.
Autores de las viñetas
No se sabe dónde fueron impresas estas viñetas, pero sí quiénes fueron sus dibujantes y quién las emitió. Y aunque el nacionalismo vasco contaba en esos años con excelentes cartelistas como Martínez Ortiz, Luciano Quintana Nik, John Zabalo Txiki, Antonio de Guezala y otros, se adoptaron modelos dibujados por Vicente Saralegui y Juan Belausteguigoitia, estudiantes de Arquitectura; Arturo Nadal de Lezama, ingeniero de Minas, y de Emilio Guinea, estudiante, ganadores del concurso de la sociedad Agrupación de Cultura Vasca de Madrid. Esta organización nació en el año 1930 para fomentar los estudios y la creación de una Universidad Vasca y ya en su Junta aprobaron la creación de unos “sellos” editados “con el fin de que sirvieran de propaganda a nuestra Universidad Vasca, y con ello alcanzar un nivel superior de cultura para nuestro pueblo”.
Editaron cinco modelos dibujados por los anteriormente citados en cuatro colores diferentes: negro, rojo, azul y verde. La noticia de la emisión de estas viñetas salió difundida inicialmente en el diario Heraldo Alavés con fecha del 12 de Diciembre del año 1931 y en el diario La Voz de Navarra con fecha del 2 de enero del año 1932.
En los dibujos de estas viñetas pueden apreciarse diversas figuras: la cruz gamada –ya entonces un símbolo vasco–; la Casa de Juntas de Gernika; una lechuza asociada a la diosa Minerva o Atenea, protectora de la inteligencia, el discernimiento y el aprendizaje, y el askatasun eguzkija. Nada tenían que ver, por tanto, con las interpretaciones interesadas que pretenden asociar estos símbolos al nazismo (cruz gamada) o al imperio japonés (el sol) por su similitud. Estas viñetas no fueron creadas durante la Guerra Civil, como a veces se afirma, sino editadas en 1932 y dibujadas ya en 1931. Como prueba de su circulación se conserva, por ejemplo, un envío postal del diario Euzkadi, fechado el 19 de abril de 1933, remitido desde Zarautz a Burdeos (Francia), franqueado con un sello republicano y acompañado de una de estas viñetas y que se puede apreciar en una de las imágenes que ilustran este reportaje. Terminada la guerra civil se emitieron nuevos diseños, de los que se muestran tres en la siguiente página.
Anteriormente a estas viñetas, en Tolosa, una vez proclamada la II República en el año 1931, como modo de propaganda y poder reutilizarse los sellos postales del régimen monárquico anterior de Alfonso XIII de forma más bien local, sobrecargaron estos con cruces gamadas junto con gorros frigios por parte de sectores vasquistas de la localidad, encabezados por los hermanos Jenaro y Ramón Ruiz de Arcaute. El primero llevaba una fabrica de papel en Tolosa, y Ramón, ingeniero de Minas de profesión y uno de los primeros coleccionistas de sellos de Euzkadi, era también autor junto con destacados estudiosos de la filatelia de la época, como Pedro Monge o Miguel Gálvez, de libros sobre los estudios de los sellos y matasellos. Ramón ganó, a su vez, prestigiosos concursos de exposiciones filatélicas como la de Nueva York, y participó como jurado en varias otras muestras tanto estatales como internacionales.
El activismo continuaba, y así en el Boletín de Estudios Vascos-Eusko Ikaskuntza de 1934 se informa de que el 13 de abril del mismo año se llegó a constituir una Comisión Pro-Universidad Vasca en Bilbao, concretamente en la calle Ribera nº 5.
En ese mismo año de 1934 José Ariztimuño (Aitzol) escribía: “El Estado Español, que nos oprime, nos priva de poseer nuestra Universidad y la Facultad de Filosofía a ella aneja. Empeño especialísimo, de todo tirano suele ser el agostar todo renacimiento cultural, que es el arma más poderosa que un pueblo puede esgrimir para rescatar, mediante la libertad del espíritu, la de la patria. La Universidad integral vasca sería el centro propulsor y directivo del desarrollo de nuestra cultura autóctona, ya iniciada con vigor. Lo sabe España y nos lo niega por eso mismo. Reconózcasenos la libertad a que tenemos derecho y la Universidad nacional y el desarrollo de las cátedras de Filosofía serán un hecho”.
Primera facultad de Medicina
A propuesta del Consejero de Justicia y Cultura, Jesús Mª Leizaola, y con pleno apoyo del Lehendakari José Antonio Agirre, sólo dos días después de tomar posesión el nuevo Gobierno Vasco, ambos firmaban el Decreto que formaba la comisión que debía encargarse de la creación de la Universidad Vasca (Diario Oficial del País Vasco el 12 de octubre de 1936), acordándose comenzar los cursos en la Universidad el día 1 de diciembre del mismo año. Por lo tanto, en plena Guerra Civil, el Lehendakari, José Antonio Aguirre, inauguraba en el Hospital Civil de Bilbao, actual Hospital de Basurto, una improvisada y modesta Facultad de Medicina, la primera de la Universidad Vasca. Bajo los lemas Euzko Ikastola Nagusi Alde. Pro-Universitate Vasconum. Pro-Universidad Vasca, la institución duró muy poco tiempo, prácticamente hasta la entrada de los franquistas a Bilbao, siendo su principal cometido por estar en tiempo de guerra la formación de personal sanitario, en concreto de personal de enfermería adscrita a la Facultad de Medicina de dicha Universidad Vasca.
A día de hoy, gracias a todos aquellos que de una u otra forma pelearon por tener una educación propiamente vasca y en euskera, podemos tener una educación pública superior para todos en la EHU, junto con las Ikastolas y los ikastetxes públicos actuales.