El proceso de envasar al vacío se ha convertido en una de las técnicas más prácticas y eficaces para preservar alimentos, pero para lograr resultados óptimos no basta con contar con una máquina y bolsas especiales. El verdadero éxito radica en prestar atención a los pequeños detalles: desde mantener las áreas de sellado impecables hasta optimizar la forma en que organizamos los productos una vez envasados.

En este artículo exploramos en detalle cómo envasar correctamente cremas para que el proceso sea limpio, eficiente y, sobre todo, práctico.

El envasado de cremas en particular exige un enfoque cuidadoso para garantizar un almacenamiento óptimo, evitar derrames y mantener la limpieza. Aunque puede parecer un procedimiento sencillo, dominarlo puede marcar la diferencia entre una cocina organizada y un desastre. Para ello, aquí van los pasos esenciales y algunos consejos prácticos que ayudarán a convertir esta técnica en un aliado indispensable en tu día a día.

Paso a paso

1. Doblar las esquinas para evitar ensuciar el sellado. Antes de verter la crema en la bolsa de vacío es fundamental doblar dos veces las esquinas de la bolsa hacia afuera. Esto crea un borde limpio que evitará que el líquido manche la zona donde se realiza el sellado. Si las zonas de sellado están limpias el cierre será hermético y garantizará una conservación más duradera.

Doblar las esquinas para mantener el cierre limpio. Aitzol Zugasti

2. Utilizar una jarra para mayor precisión. Para evitar derrames al transferir la crema emplea una jarra. Esto no solo facilita el trabajo, sino que también permitirá controlar la cantidad de crema que se introduce en cada bolsa. Además, con los líquidos las bolsas de vacío pueden volverse inestables. Una forma eficaz de evitar accidentes es colocar la bolsa dentro de un recipiente alto antes de llenarla. Esto mantendrá la bolsa firme, evitando que el líquido se derrame o la bolsa se caiga.

Una jarra es muy útil para echar las cremas con precisión. A. Zugasti

3. Verificar el nivel de llenado antes del sellado. No llenes la bolsa hasta el borde; deja al menos un 20% de espacio vacío en la parte superior. Esto permitirá que el vacío se realice correctamente y evitará que el líquido se filtre al sellar.

No hay que llenar las bolsas hasta arriba. A. Zugasti

4. Cuidado con las cremas calientes. Si la crema está caliente deja que enfríe antes de envasarla. Las bolsas de vacío no están diseñadas para soportar altas temperaturas y el calor puede debilitar el sellado.

Dejar enfriar la crema antes de llenar las bolsas. A. Zugasti

5. Etiquetar la bolsa con fecha y contenido. Una vez sellada la bolsa, asegúrate de escribir la fecha de envasado y el contenido. Este paso es esencial para llevar un control del tiempo de conservación y evitar confusiones al buscar productos en el congelador. Usa un rotulador permanente o etiquetas adhesivas resistentes a la humedad para mayor durabilidad.

Marcar la fecha y el contenido de cada bolsa. A. Zugasti

6. Congelar antes de apilar. Si planeas apilar varias bolsas de crema en el congelador, congélalas primero de forma plana para optimizar el espacio.

Congelar en horizontal para aprovechar mejor el espacio. A. Zugasti

7. Organización en el congelador. Una vez congeladas es recomendable almacenarlas en vertical para que queden a la vista.

De este modo, en vertical, todas las bolsas quedan a la vista. A. Zugasti

Comentario

Aunque muchas personas piensan que las cremas no se pueden congelar, lo cierto es que sí es posible hacerlo. Una vez descongeladas y llevadas a ebullición recuperan su textura y son aptas para su consumo sin problemas.

En caso de no disponer de una envasadora, se puede conservar en una bolsa de auto cierre. Para eliminar el aire de la bolsa, sumergir lentamente la bolsa abierta en agua y se expulsará el aire. Cuando el nivel del agua esté a 1 o 2 mm., sellar por debajo del cierre y seguir por el paso 6.