El Ayuntamiento de Gernika pondrá en marcha tras el verano la segunda fase de la rampa mecánica de la calle San Juan, un proyecto clave para mejorar la accesibilidad en uno de los tramos con mayor pendiente del casco urbano. La actuación, con un presupuesto de 487.751 euros, conectará las calles Carlos Gangoiti e Iñigo López de Haro, completando así la conexión peatonal hasta el centro de salud.

El proyecto, que arrancó en febrero de 2025, contempla una inversión global que supera los 800.000 euros. La primera fase, en ejecución desde principios de año, se centra en el tramo comprendido entre la calle Iñigo López de Haro y el ambulatorio. Esta primera parte de la obra, con una longitud de casi 48 metros, salva un desnivel de seis metros mediante una pendiente de diez grados. La anchura de paso, de un metro, y una velocidad de 0,5 metros por segundo garantizan un desplazamiento cómodo y seguro para los peatones.

El alcalde, José María Gorroño, destacó que la actuación va más allá de una mera mejora de la accesibilidad. “No hablamos solo de accesibilidad. Esta rampa refleja el compromiso del Ayuntamiento con una ciudad más amable y moderna”, subrayó.

Características

Uno de los elementos más destacados del proyecto es el sistema de control automatizado que gestionará de forma remota el arranque y la parada de la rampa. Gracias a sensores fotoeléctricos y varias fotocélulas situadas a lo largo de la banda de rodadura, se detectará la presencia de peatones sin necesidad de supervisión presencial. Este mecanismo está diseñado para optimizar la eficiencia operativa, adaptándose al uso real de la infraestructura.

Además de la instalación de la rampa, la intervención contempla la renovación del pavimento de la acera. El Consistorio ha decidido mantener las rasantes actuales, evitando así grandes modificaciones en la estructura urbana y respetando la configuración del entorno.

En paralelo a la colocación de la estructura mecánica, durante la primera fase ha sido necesario renovar las redes de saneamiento y sustituir conducciones de plomo, enmarcando esta actuación dentro de una mejora integral del ámbito urbano. Hasta el momento, el calendario de las obras se desarrolla según lo previsto, con el objetivo de que la segunda fase culmine la conexión peatonal prevista.

Gorroño confía en que la rampa mecánica suponga un “avance notable” para la calidad de vida de los vecinos y refuerce la cohesión del núcleo urbano, en línea con las políticas municipales orientadas a una movilidad más sostenible, segura y accesible para todos los colectivos.