El próximo viernes comenzará LaLiga EA Sports y, como viene siendo habitual, hay dos claros favoritos para ganarla: Barcelona y Real Madrid. Aunque, más que favoritos, los dos clubes se erigen como los únicos candidatos a un título que se reparten desde 2021, cuando el Atlético de Madrid rompió la alternancia bipartidista. Porque, a pesar de que este verano los colchoneros han protagonizado una revolución, desembolsando 175 millones en fichajes, en las quinielas continúan un pasito por detrás de los dos gigantes del fútbol estatal. Así que todo parece indicar que, una vez más, la lucha por el campeonato será cosa de dos.

Sin embargo, en la carrera por el título de la temporada 2025-26 hay que colocar por delante al Barça. Al menos, un poquito. Por eso de que es el vigente campeón. La campaña pasada, los dirigidos por Hansi Flick tuvieron una liga apacible en la que aprovecharon el bajón del Real Madrid para levantar el trofeo y ahora, aunque los blancos han recuperado sensaciones, buscan repetir éxito. Será complicado y muestra de ello es que nadie encadena dos Ligas consecutivas desde hace siete temporadas; pero la entidad de Joan Laporta se aferra al espectáculo que ofrecen Lamine Yamal, Lewandowski, Raphinha y cía para seguir ganando. De hecho, es casi a lo único a lo que puede aferrarse en estos momentos puesto que el verano le ha acumulado más problemas de los que hay tenía, como la marcha inesperada de Iñigo Martínez, el ya solucionado caso Ter Stegen, la fiestecita de cumpleaños de Yamal o la no inauguración del nuevo Camp Nou. Por no hablar de los perpetuos problemas económicos que han llevado a varios jugadores, como Nico Williams, a no querer fichar por el Barça. Con todo, Deco sí consiguió atar a futbolistas como Joan García, Marcus Rashford y Roony Bardghji. Nuevas cara que, sin embargo, no han conseguido ilusionar a nadie.

Atlético de Madrid

Altas. Lenglet, Musso, Raspadori, Ruggeri, Álex Baena, Thiago Almada, Johnny Cardoso, Pubill, Hancko, Mouriño y Raspadori.

Bajas. Riquelme, Reinildo, Azpilicueta, Witsel, Correa, Moldovan, Saúl, De Paul, Samuel Lino, Thomas Lemar y Mouriño.

Barcelona

Altas. Joan García, Roony Bardghji y Rashford.

Bajas. Álex Valle, Lenglet, Sergi Domínguez, Ansu Fati, Pau Víctor e Iñigo Martínez.

Real Madrid

Altas. Xabi Alonso, Dean Huijsen, Trent Alexander-Arnold, Mastantuono y Álvaro Carreras.

Bajas. Ancelotti, Modric, Vallejo, Lucas Vázquez, Víctor Muñoz, Álvaro Rodríguez, Chema Andrés, Mario Martín y Jacobo Ramón.

Y enfrente del Barcelona, en el otro banquillo, se encuentra el Real Madrid. El conjunto blanco afronta una temporada de transición en la que Xabi Alonso tiene la complicada tarea de hacer olvidar los automatismos generados por Carlo Ancelotti durante cuatro temporadas. Sin embargo, en el Santiago Bernabéu siempre se está obligado a triunfar. Por ello, a pesar de estar en construcción aún, el equipo del tolosarra debe aspirar a todo. Sobre todo porque dos años sin ganar se harían muy largos en Chamartín. De esta forma, el club madrileño se ha reforzado donde más falta le hacía: en la defensa. Dean Huijsen, Trent Alexander-Arnold y Alejandro Carreras son, junto a la emergente estrella argentina Franco Mastantuono, las caras nuevas. Por contra, Xabi no podrá contar con un Luka Modric que ya vende camiseta en el Milan, y un Lucas Vázquez que dijo adiós al Madrid tras diez temporadas en el primer equipo. Así pues, las estrellas blancas serán las mismas que el curso pasado: Kylian Mbappé, Vinicius Junior y un Jude Bellingham al que, por lesión, no se le espera hasta octubre. Por lo que dependerá de Xabi Alonso sacar lo mejor de cada futbolista.

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Siempre el tercero

En esta liga de dos, el Atlético de Madrid siempre se queda en tierra de nadie: demasiado bueno para luchar solo por Europa y demasiado lejos de los candidatos al título. Por ello, el club colchonero, cansado de ser siempre el tercero, ha realizado una fuerte inversión. 175 millones en diez caras nuevas, entre las que destacan por precio Álex Baena y David Hancko, puesto que este verano ha huido de nombres propios. El objetivo ya lo dejó claro su presidente Enrique Cerezo: “El reto no es ser terceros, es ganarlo todo”.