El cierre de la primera vuelta del grupo I de Primera RFEF deja sensaciones dispares en los cuatro clubes vizcainos que compiten en la categoría de bronce. Sus resultados de la última jornada que marca el ecuador de la competición retrata las diferentes velocidades en las que compiten en esta liga tan exigente. El Barakaldo ratificó en Lezama su brillante momento con una inapelable victoria sobre un errante Bilbao Athletic que le aúpa a la segunda posición de la tabla y que muy pocos intuían a estas alturas de la película, mientras que el filial rojiblanco, penúltimo clasificado, se complica su futuro. La trayectoria del conjunto gualdinegro y las de los cachorros muestran la cara y la cruz, como ocurre en los casos del Sestao River y el Amorebieta, aunque no tan recalcada como en el primer supuesto. El colectivo verdinegro dio la campanada en El Toralín tras sorprender a la Ponferradina, ha sumado diez de los últimos doce puntos posibles y está fuera de los puestos de descenso, en tanto que el equipo azul volvió a asomar una versión muy pobre en Tajonar ante Osasuna Promesas, un rival directo, para encadenar cuatro jornadas sin ganar y hundirse en la última plaza, con la salvación a ocho puntos vista.

El Barakaldo encarna la grata sorpresa. Ha llegado a Primera RFEF tras consumar la hazaña de dos ascensos consecutivos y no descarta uno tercero si se tiene en cuenta sus números y sus prestaciones en las 19 jornadas recorridas. Los gualdinegros tienen una idea muy clara de juego, es un equipo complicado de hincarle el diente (es el tercero menos goleado), genera un buen número de ocasiones (es de los más goleadores) y ha encontrado en Maroan Sannadi, cedido por el Alavés, su filón ofensivo, ya que el fornido delantero es el pichichi del grupo con una tarjeta de once tantos sellados, el último en el derbi de Lezama. Una muy buena pinta que no ha hecho más que acentuar el subidón entre su parroquia, que sueña por el retorno del Barakaldo a Segunda División 44 años después de la anterior etapa en la categoría de plata. Imanol de la Sota, su entrenador, subraya el mérito de su plantilla, pero no quiere caer en la euforia: “Si nos lo hubieran dicho al principio de liga, seguro que no nos lo habríamos creído. Ahí está el trabajo de los jugadores y creo que la cifra es preciosa y merecida. Lo único que nos interesa es llegar a esos 45 o 50 puntos que hagan que el Barakaldo se consolide y si alcanzamos esa cifra, sí seremos peligrosos”.

El Sestao River cumple su segunda temporada en Primera RFEF y aspira a vivir el próximo curso una tercera. Los inicios del conjunto verdinegro no fueron nada halagüeños, sobre todo por sus pésimos números en Las Llanas, pero ha ido de menos a más con el paso de las jornadas, con mención especial a su impacto cuando viaja. Su caso es atípico. Es el peor equipo del grupo como local al sumar solo 8 de 24 puntos posibles y el segundo mejor como visitante –ha ganado cuatro partidos–, solo superado por el líder, la Cultural Leonesa, a la que precisamente superó en el Reino de León, además de hacerlo también en los feudos de la Real Sociedad B y Ponferradina, conjuntos de play-off. Ángel Viadero, que cumple su segunda etapa en el banquillo de Las Llanas, reconoce que su equipo “ha ganado en confianza con el paso de las jornadas”. “Fuera de casa tenemos más argumentos, somos un equipo con futbolistas de buen pie que en campos grandes no se asusta. Somos de los mejores equipos del grupo como visitantes, pero en casa nos cuesta mucho más porque tenemos que hacer planes de juego diferentes, aunque ha habido detalles que nos han quitado puntos en Las Llanas”, resume el cántabro.

El River ha salido de la zona de descenso, a la que ha caído desde semanas atrás un Bilbao Athletic imprevisible y que ofrece continuos altibajos. Los cachorros encadenan cinco jornadas sin ganar, llegaron a padecer una racha de cuatro derrotas seguidas, pero la alternaron con victorias meritorias, sobre todo lejos de Lezama, como la firmadas en el Reino de León, Las Llanas y Urritxe, aunque han pagado la inexperiencia en ciertos duelos. El domingo el filial rojiblanco estuvo a merced de un Barakaldo superior, lo que denota cierta inquietud, si bien Jokin Aranbarri, su entrenador, ve la botella medio llena. “Hemos tenido otros momentos en los que hemos sufrido. Estamos muy fuertes para darle la vuelta a esta situación, lo hemos hecho en otras ocasiones y estoy convencido de que volveremos a hacerlo”, reflexiona el de Azkoitia, confiado en que en la segunda vuelta “vamos a dar la talla”.

Una talla que no ha dado el Amorebieta, que partía como uno de los candidatos a la zona alta por su condición de descendido. Pero la realidad ha sido diferente. El conjunto azul no funcionó con Julen Guerrero en el banquillo, ya que el excapitán del Athletic solo duró diez partidos, y con Natxo González, su sustituto, la reacción aún no ha llegado. Tanto es así que el conjunto zornotzarra, el más goleado del grupo con 36 goles encajados, ha ocupado el farolillo rojo en siete de las 19 jornadas y solo en una ha estado fuera de la zona de descenso, por lo que su porvenir no es precisamente alentador. “ Defensivamente somos muy frágiles”, confesó de forma tajante Natxo González tras la dura derrota del domingo ante Osasuna Promesas, donde su equipo reiteró en unos errores que tanto le han penalizado: “Es imposible sacar un resultado siendo tan vulnerables a nivel defensivo. Hacemos muchas cosas bien, pero también otras que son groseras para dar muchas facilidades al rival. Todo lo que haces bien se queda en un segundo plano y es una lástima”.