MARCAR un gol casi siempre origina un momento de éxtasis, el cual se multiplica si dicho premio cae en el tiempo de prolongación y sirve para rescatar puntos. A esa sensación de euforia, incompleta puesto que fue para empatar y no para ganar, se ha acostumbrado en las dos últimas citas ligueras el mediapunta del Gernika Mikel Abaroa (Lekeitio, 10-II-1988). Su diana pasado el minuto 90 evitó que el Amorebieta se llevase el triunfo de Urbieta en el partido disputado el viernes 12. El pasado sábado, de nuevo en un derbi, contra el Leioa en Sarriena, los gernikarras volvieron a sellar el definitivo 1-1 en el alargue gracias a la puntería de este lekeitiarra que vive su tercera campaña en el conjunto foral. “Ayudar al equipo con un gol siempre da alegría, y si es en esos minutos finales todavía más, pero vale igual”, apunta.
Contra el Amorebieta, los zornotzarras golpearon en el 89 con un tanto de Aritz Mujika que se antojaba decisivo. No obstante, el Gernika mantuvo la fe y salvó un punto en un lance a balón parado. “Lo justo era el empate”, subraya el mediapunta que se formó en Lezama siete años, hasta que en juveniles recaló en el Danok Bat. En la visita al Leioa, el marcador se les puso pronto cuesta arriba debido a un gol de Gorka Luariz. Sin bajar los brazos, apretaron en busca de un empate que se hizo esperar hasta el descuento, cuando los locales jugaban con uno menos por expulsión de Crespo en el 84. Ander Larruzea colgó el cuero y Abaroa se impuso en el barullo para marcar a la media vuelta. “En la primera parte estuvieron ellos mejor, pero nosotros en la segunda, en la que atacamos todo el tiempo, así que el empate era justo”, explica. En ambos duelos, los gernikarras se apresuraron en llevar el balón al círculo central para intentar la remontada. “Metes y todavía quieres más, teníamos la sensación de que podíamos ganar”, añade el máximo artillero de un equipo que solo suma cinco dianas.
A pesar de estos dos finales felices, el Gernika está sufriendo su peor arranque en la categoría de bronce. El logrado en Sarriena supuso el primer punto del curso a domicilio para los de Urtzi Arrondo, que han sellado tablas en los cuatro partidos disputados en casa, de modo que son, junto al colista Cultural de Durango, los únicos que continúan sin estrenar el casillero de victorias. “El dato está ahí, pero el equipo está haciendo las cosas bien y tenemos la confianza de que pronto llegará”, dispara Abaroa. La siguiente oportunidad para lograrlo tendrá lugar el domingo a las 17.00 horas, cuando se medirán en Urbieta a otro conjunto ubicado en descenso, el Vitoria. “Es un partido importante, pero no nos lo tomamos como una final, aún es pronto”, reconoce un jugador que defendió durante tres campañas la camiseta del filial armero, por entonces aún denominado Eibar B.
éxito en Ipurua Después, dio el salto al primer equipo, donde militó otros tres cursos. De hecho, se le puede considerar como uno de los artífices del éxito actual del conjunto de Ipurua, pues se convirtió en una pieza fundamental en la temporada del ascenso a Segunda, en la que firmó siete dianas. “Disfruté mucho ese año, fue bonito. Además, eliminamos al Athletic en Copa”, rememora quien hizo las maletas tras dicho éxito para firmar por la Real, que lo cedió al Real Unión. Luego, pasó por Logroñés y Sestao River antes de aterrizar en “en casa”, como él mismo define Urbieta, en el verano de 2016. “El Gernika es un equipo familiar y hemos hecho buenas campañas, así que estoy a gusto”, concluye.