Kepa Badiola, director de la zona norte de CaixaBank, ha aprovechado el encuentro organizado por DEIA 'Retos Euskadi 2022: construir el futuro tras dos años de pandemia', para hacer una radiografía del panorama económico global y en especial del sector financiero, que su entidad lidera en el Estado español tras la fusión con Bankia. Badiola confía en que, a pesar de que la pandemia está retrasando la vuelta a la normalidad económica, la situación pueda coger velocidad después de la primavera. Así, Euskadi cerrará el año con un avance del PIB del 5,7%, según los cálculos de Caixabank, ligeramente por encima de la media española.

Y eso que siguen sobre la mesa importantes incertidumbres que pueden afectar a la economía a medio plazo, la más acuciante la escasez y la carestía de algunas materias primas, que además puede agravarse si no se encauza el actual conflicto entre Rusia y Ucrania. Esa disputa geopolítica amenaza con prolongar la tensión en el mercado del gas y, con ello, seguir empujando hacia arriba a los precios castigando sobre todo a las economías domésticas.

Con todo, CaixaBank, que ha presentado hoy más de 5.000 millones de euros de beneficio, espera que la situación mejore a medida que avance el año y se vayan corrigiendo estos factores adversos, si bien la entidad hace un cálculo de crecimiento de la economía vasca algo más cauto que el del Gobierno de Iñigo Urkullu. "Esperemos que nuestra prudencia sea equivocada, sería una magnífica señal", ha dicho Badiola.

El director de la zona norte ha dado también algunas cifras tras la fusión con Bankia, una operación de integración compleja que está a punto de completarse y que coloca a Caixabank como principal banco del Estado con más de 20 millones de clientes. Badiola ha recordado que la entidad destinó más de 11 millones de euros a obra social, educativa y cultural en Euskadi el año pasado.