La crisis económica generada por la pandemia de covid-19, el aumento del teletrabajo y las restricciones de movilidad han reducido el uso del automóvil en el País Vasco hasta el punto de que los consumos de carburantes en el sector del transporte en noviembre de 2020 acumulaban una caída del 7% en el año pese al repunte del 6,4% en dicho mes. Pero un aspecto a resaltar es que las ventas de gasolinas han caído un 17,2%, casi el triple que el 5,8% que se han reducido las del combustible para los vehículos diésel, según datos del EVE.

No deja de ser curioso que en el descenso del consumo de carburantes, el mayor recorte se haya producido en las gasolinas, muy por encima del gasóleo que alimenta a los vehículos con motorizaciones diésel. Fuentes del sector del automóvil en Euskadi justifican este hecho en que “pese al intento de demonizar la tecnología diésel, los vehículos del transporte profesional utilizan mayoritariamente dicho combustible y, además, usuarios particulares, con menores ingresos por la crisis del covid, están optando, como se ve en el aumento de las ventas de diésel en el mercado de ocasión, por coches diésel que consumen menos, y el precio del gasóleo es más barato, que los de gasolina”.

De hecho, en noviembre el consumo del gasoleo A aumentó en la CAV un 8,1%, aunque en 2020 se ha reducido, a falta del dato de diciembre, un 5,8%, mientras el de las gasolinas, tras un recorte del 8% en dicho mes, acumula un descenso del 17,2%.

En el caso del Estado español, el consumo de combustibles de automoción mantiene la misma tendencia a la baja, e incluso más acentuada, que en Euskadi hasta el punto que en el pasado mes de noviembre alcanzó los 1,922 millones de toneladas, registrando una caída del 17,7% frente al mismo mes del año pasado y su menor consumo desde el pasado mes de mayo, según datos de Cores, la corporación gubernamental dependiente del Ministerio de Transición Ecológica, que controla los hidrocarburos en España.

Como se recordará, en noviembre, coincidiendo con las restricciones a la movilidad que se aplicaron para controlar la segunda ola de la pandemia del coronavirus, se acentuó la caída en la demanda de carburantes de automoción en España, el 13,8% con respecto al mes anterior de octubre, hasta el punto que se convirtió en el peor mes de noviembre en el consumo de combustibles desde 1998.

Al igual que en el País Vasco, en el conjunto del Estado español, la reducción del consumo de gasolinas fue superior al del diésel. En concreto, las gasolinas cayeron un 23,5% con respecto al mismo mes del año anterior mientras que los gasóleos de automoción descendieron un 16,4%.

En el acumulado del año 2020, el consumo de los combustibles de automoción descendió en el Estado un 18,2%, siendo mayor la caída en las gasolinas (-21,5%) que en los gasóleos de automoción (-17,5%).

Menos ingresos fiscales

La incidencia negativa de la pandemia de coronavirus en todos los sectores de la actividad económica vasca tiene su reflejo en la reducción de los ingresos fiscales de las haciendas forales de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. Las restricciones a la movilidad para combatir la propagación del covid-19 han reducido, entre otros consumos, la demanda de carburantes de automoción en el citado 7%, algo que afecta al mayor contribuyente fiscal de Bizkaia que no es otro que Petronor. No hay que olvidar que una compañía como Petronor en un ejercicio normalizado, sin paradas de instalaciones y sin covid, por ejemplo el de 2018, aportó a las arcas públicas vascas unos 831 millones de euros, más del 10% de los ingresos de la hacienda vizcaina en dicho año. Es más, si se tiene en cuenta todos los efectos de su actividad, la aportación de la compañía a las arcas públicas se puede estimar en cerca de 1.400 millones de euros, ya que a los 831 citados hay que añadir los tributos generados de forma inducida por sus entregas de productos a CLH.