bilbao - La recuperación de la crisis económica hace que, poco a poco, diferentes índices vayan alterándose hasta alcanzar valores previos a la caída de 2008. A medida que el desempleo decrece e, incluso, empiezan a aumentar los salarios, es inevitable que se recupere también el ritmo en la venta de viviendas. La ley de la oferta y la demanda es implacable, así que también parece inevitable que el precio de pisos y casas vaya también escalando. Eso es lo que confirman las estadísticas hechas públicas ayer por Tinsa IMIE General y Grandes Mercados, que advierten que el precio de la vivienda nueva y usada creció un 4,5% en el mes de julio en comparación con el dato registrado un año antes.

Según este informe, el precio de la vivienda terminada en el Estado se incrementó un 0,6% respecto al mes anterior, lo que supone mantener la tendencia al alta vivida en los meses anteriores, ya que en mayo el precio había subido un 0,7% y en junio el incremento había sido del 0,4%.

El mercado inmobiliario no descansa en su recuperación, ya que desde febrero de 2015, cuando el índice general marcó su nivel más bajo en la crisis, el valor medio de la vivienda terminada se ha recuperado un 15,6%, aunque todavía se mantiene un 33,7% por debajo de los valores máximos registrados en 2007.

El precio de la vivienda crece de manera desigual según el entorno y la localización. El encarecimiento más notorio lo marcan las islas Baleares y Canarias, ya que ahí el precio ha repuntado un 7,1%. También ha sufrido un incremento por encima de la media la vivienda en las capitales y grandes ciudades, con un salto interanual del 5,1%. Curiosamente, los municipios más pequeños también han visto cómo la vivienda se encarecía sustancialmente en los últimos doce meses, un 4,3% en concreto.

Al mismo tiempo, las áreas metropolitanas registraron a lo largo del mes de julio un aumento del 3,4% en su precio medio respecto a un año antes. Por su parte, la costa mediterránea mantuvo la tendencia de los últimos meses y mostró un alza del 1,2%.

En la presentación de sus estadísticas, Tinsa también señaló ayer que la recuperación “progresiva y moderada” del mercado residencial ha elevado hasta el 15,6% el precio medio de la vivienda terminada en España desde el nivel más bajo alcanzado en la crisis.

Las capitales y grandes ciudades destacaron como el grupo donde más se ha recuperado la vivienda desde que este subíndice tocó suelo en mayo de 2015, con una subida del 24,8%, seguidas muy de cerca por islas (Baleares y Canarias), que anotan un 22,8% desde su nivel más bajo.

Por debajo de la media, el precio medio en la costa mediterránea se ha incrementado un 14,6% desde el mínimo, algo por encima del 13,5% de las áreas metropolitanas. Las localidades más pequeñas mostraron una evolución más moderada, con un modesto crecimiento del 6,6% desde su mínimo, que se alcanzó más tarde que en otras zonas.

Pese a la recuperación paulatina experimentada, el precio medio de la vivienda terminada arrastra una caída acumulada desde máximos precrisis del 33,7%, con cifras muy similares en las capitales y grandes ciudades (-33,3%).

alquiler Por otro lado, las rentas de alquiler han cerrado julio con un incremento del 4,01%, influenciadas negativamente por la inestabilidad política y la incertidumbre legislativa, según el Indice Actualizador de Rentas de Contratos de Alquiler (ARCA) de Alquiler Seguro. De esta forma, un contrato de alquiler firmado en enero de 2018 con una renta de 700 euros se actualizaría con el índice ARCA de este mes en 728,07 euros.

La compañía señala que la incertidumbre influye “negativamente a la toma de decisión de los propietarios a la hora de alquilar”, según el director comercial de Alquiler Seguro, David Caraballo.

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