BILBAO - El mes pasado fue noticia que la refinería vasca de Petronor había conseguido procesar una partida de petróleo ruso contaminado que había generado importantes problemas en las plantas refinadoras de media Europa. En relación a dichos hechos, esta semana se ha conocido que la empresa estatal rusa Transneft ha comunicado que indemnizará con hasta 15 dólares por barril a las petroleras rusas que sufrieron pérdidas por el crudo contaminado que pasó a través de Bielorrusia a Europa a través del oleoducto de Druzhba y cuyo flujo ha estado suspendido meses.

Aunque Petronor logró procesar de forma satisfactoria, según fuentes de la compañía participada por Repsol, una partida de petróleo contaminado originario de Rusia, en el sector se especulaba con el hecho de que la firma vasca había aplazado pagos por importe de unos 10 millones al suministrador del crudo por los problemas generados. Fuentes oficiales de Petronor negaron que se hubiese producido el hecho y destacaron el buen hacer técnico de la refinería vasca que había sido capaz de procesar satisfactoriamente una partida de petróleo caracterizada por poseer un muy elevado porcentaje de cloruro.

El crudo contaminado con cloruro puede actuar como corrosivo en las instalaciones metálicas de las refinerías, «si no se toman las medidas adecuadas» aunque el proceso «no genera ninguna afección medioambiental ni repercusión» en su distribución y consumo.

La empresa vasca destacó que la partida de petróleo ruso contaminado se había detectado a través de los “análisis habituales que se realizan al recibir el producto”. De hecho, en lo que iba de año cuando se descubrió este crudo ruso, Petronor ya había recibido a medio centenar de barcos petroleros sin incidencias. Al detectarse la existencia de cloruro en el petróleo importado, los técnicos de la refinería de Muskiz pudieron gestionar un proceso de refino «apropiado» para evitar el riesgo de corrosión de materiales.

Desde la compañía vasca minimizan el impacto del crudo contaminado destacando que Petronor refina en la actualidad hasta 41 tipos de petróleos con distinto origen y propiedades, incluido crudo muy pesado, -recuérdese que la planta de Petronor ha refinado también crudo de arenas bituminosas de Canadá-, lo que le permite a la refinería de Muskiz «acceder a procedencias muy diversas» y «no ser cautivo de ellas».

Esta capacidad de refinar crudos pesados y de todo tipo, -de hecho en el caso de las arenas bituminosas apenas hay media docena de refinerías en Europa capaz de hacerlo- es una de las grandes ventajas competitiva de las instalaciones de Muskiz, máxime desde que está operativa la planta de coke.

Pero aunque Petronor procesase con éxito el petróleo contaminado ruso, en el sector energético europeo que siempre habían tenido a Rusia como un proveedor fiable, el hecho levantó ampollas. De ahí, que el consejo de administración de Transneft decidiese esta semana pagar a las petroleras rusas afectadas la cantidad máxima de 15 dólares por barril de petróleo contaminado.

Entre las compañías perjudicadas está Rosneft, que aporta el 78% del petróleo que se inyecta al citado oleoducto, que estuvo parado durante más de dos meses, después de que Bielorrusia detectara el 19 de abril la presencia de crudo contaminado y optara por cortar el flujo, decisión a la que se sumaron Polonia y Alemania, así como Eslovaquia.

más afectados La contaminación afectó no solo a las petroleras rusas que ahora serán indemnizadas, sino a muchos otros actores del sector, como los operadores del oleoducto de los países afectados, los compradores e intermediarios, entre otros.

Limpiar totalmente el crudo ruso contaminado del oleoducto Druzhba llevará al menos ocho meses, indicó en junio el operador del sector bielorruso de la infraestructura, Gomeltransneft.

El petróleo ruso estaba contaminado con una alta concentración, de hasta 300 partes por millón, de cloruros orgánicos que en el caso de no ser eliminados pueden convertirse durante el proceso de refinado en ácido clorhídrico o cloruro de amonio, y dañar las refinerías.

El primer cargamento de petróleo sucio se detectó en Bielorrusia. Después fueron dando la voz de alarma todos los países de Europa a los que Rusia vende petróleo y los envíos se bloquearon el pasado 24 de abril.

La contaminación, según fuentes del sector, podría haber afectado a unos 36 millones de barriles. Teóricamente, Transneft no permite suministrar crudo con 10 partes por millón (ppm) de ese compuesto químico. Sin embargo, los niveles detectados habían superado las 300 ppm.

Ahora, tras la decisión de Transneff de indemnizar a las petroleras rusas volverá al primer plano las compensaciones económicas que otras compañías europeas como la italiana ENI o la francesa Total habían pedido por los problemas generados. Estas empresas en su momento suspendieron pagos a sus suministradores.

En cualquier caso las exportaciones de petróleo ruso se han resentido. En el Estado español, según datos de Cores, las importaciones de crudo ruso en los primeros cinco meses ya se habían reducido un 24% interanual.