L Enterrador, Hulk Hogan, El Último Guerrero, Tito Santana, El Poli Loco, Los Malditos, Los Sacamantecas... Para toda una generación compuesta por cuarentones y treintañeros que apuran ya el calendario para cambiar de década, el wrestling, el espectáculo de la lucha libre profesional estadounidense, siempre será conocido como Pressing Catch, el nombre de aquel programa presentado por Héctor del Mar y José Luis Ibáñez que a principios de los 90 permitió descubrir las cabriolas, coreografías y golpes de aquellos tipos musculados, caracterizados de manera estrafalaria y con uniformes peculiares que protagonizaban un teatrillo espectacular y atractivo. Lo que por aquel entonces era la WWF (World Wrestling Federation) es a día de hoy la WWE (World Wrestling Entertainment), un negocio con nuevos ídolos -alguno de la vieja guardia se mantiene al pie del cañón- que sigue obteniendo enormes beneficios por su capacidad de atraer a hordas de incondicionales alrededor de sus cuadriláteros tanto en los pabellones como a través de sus eventos televisados. Hasta tal punto llega su fama, prestigio y capacidad de mover millones de dólares, sobre todo en Estados Unidos, que en un ecosistema mundial mediatizado por la pandemia del covid-19 ha sido designado por el Estado de Florida como actividad esencial, por lo que desde esta misma semana puede retomar sus habituales eventos en vivo.

Así lo confirmó el lunes Jerry Demings, alcalde de Orange County, quien admitió que en un primer momento las actividades de la WWE no fueron consideradas como esenciales, pero que el criterio cambió tras “algunas conversaciones” con el personal que trabaja con Ron DeSantis, Gobernador de Florida. Según el último memorando oficial distribuido en el Estado, cuyo confinamiento se extenderá por el momento hasta el 30 de abril, se considerará actividad esencial a los “empleados de deportes profesionales que conllevan una exposición mediática a nivel nacional, incluidos los deportistas, personal de entretenimiento, equipo de producción, ejecutivos y todos los medios necesarios para la emisión del evento siempre que este se lleve a cabo en una ubicación cerrada al público”. El razonamiento, según apuntó ESPN citando fuentes cercanas a DeSantis, sería que se trata de “actividades críticas para la economía de Florida” y podría abrir la puerta a otras citas deportivas.

Así las cosas, la WWE tiene previsto empezar a emitir eventos en vivo esta misma semana desde sus instalaciones de entrenamiento ubicadas en Orlando, el lugar en el que llevaba ya semanas grabando sus espectáculos para ofrecerlos en diferido. Ese fue el caso de la edición número 36 de Wrestlemania, show insignia de la promotora de lucha libre profesional que año tras año arrasa en el pay per view estadounidense y que está considerado por Forbes como la sexta marca deportiva más valiosa del planeta. La velada, programada para el 5 de abril en el Raymond James Stadium de Tampa, con capacidad para 65.000 espectadores y hogar de los Buccaneers de la NFL, se grabó finalmente el 25 y el 26 de marzo en las instalaciones privadas de la WWE en Orlando y se emitió en las noches del 4 y 5 de abril. Allí estuvieron Ron Gronkowski, excompinche de Tom Brady en los New England Patriots y uno de las estrellas de la NFL en la última década, John Cena, Brock Lesnar y el mítico Enterrador, que a sus 55 años ganó su combate al enterrar -sí, como suena y con pala en mano- a su oponente en el Boneyard Match.

La WWE emitirá desde esta semana sus veladas, en vivo y sin público, desde sus instalaciones de entrenamiento de Orlando