PARA el Ave Fénix estar en el Campeonato del Mundo de la clase J80 de Getxo es su verdadera victoria después de resurgir de las cenizas. Joana Abasolo, Marine Lescan du Plessix, Anna María Renken, Mónica Mendoza y la patrona Leticia Gandarias han peleado contra viento y marea para estar entre las 80 embarcaciones del campeonato. La lucha sin embargo no ha sido en el agua, sino en tierra.

Leticia Gandarias, capitana de la embarcación, lleva las regatas y el mar en las venas. Su tío, Gonzalo Gandarias, es una de las personas de confianza del ilustre regatista Unai Basurko. Gonzalo es una prestigiosa personalidad en el mundo de la vela, pues fue el encargado de la puesta a punto de los veleros del difunto José Luis de Ugarte y Unai Basurko cuando tomaron parte en la Vendée Globe, la reconocida regata que consiste en dar la vuelta al mundo en solitario. Ellos han sido los dos únicos regatistas vizcainos que se han alistado en la prueba, y en ambos casos estuvo Gonzalo aportando su experiencia.

Leticia cuenta que la experiencia del Campeonato de España 2018 disputado en las aguas de El Abra “la animó a llevar a cabo el proyecto” de configurar un equipo femenino para el Mundial. El camino para consolidar el proyecto y participar en un evento de estas características era largo y rocoso. Pero con muchos meses de antelación, todo parecía estar bien encauzado. “Ya habíamos encontrado patrocinador, pero hubo un problema y a tres meses del Mundial nos quedamos sin barco y sin nada”, relata la patrona. En un espacio tan corto de tiempo era casi imposible lograr acuerdos con patrocinadores que se sumaran al proyecto, ya que este tipo de convenios requieren de meses de negociación.

El sueño de poder disputar el Mundial de J80 en casa parecía desvanecerse en la niebla. El trabajo y las esperanzas depositadas se quebrantaban con la rapidez con la que una lágrima desaparece en la mar.

Pero Aníbal Herrero, el entrenador de las regatistas y tripulante del Mandovi (también participante en el Mundial), las animó a pelear hasta el final por sus sueños. Aunque fuera complicado, había que remar a contracorriente. Las cinco amigas se pusieron manos a la obra para recaudar fondos y poder participar en el campeonato.

“Dos familiares nos dieron algo de dinero, hicimos crowdfunding y un sorteo con lo que nos dieron en los comercios de Las Arenas”, cuenta Gandarias. El dinero juntado lo invirtieron en comprar y traer el barco desde Baiona. Y gracias a un patrocinador que se sumó a la causa pudieron hacerse con el juego de velas necesario para competir. El Ave Fénix logró el último empujón económico gracias a una compañía alemana que las contactó tras haberse presentado Leticia y Joana en un congreso empresarial. Allí expusieron su proyecto, y a tres semanas del inicio del Mundial lograron la ayuda extra que necesitaban.

Las trabas fueron superadas, pero tocaba prepararse para competir. El tiempo se fue echando encima y las cinco regatistas decidieron exprimirse al máximo. “Solo hemos podido entrenar un mes antes del campeonato, porque trajimos el barco en junio”, admite Gandarias. El equipo vizcaino adquirió el barco dos días antes del Campeonato de España celebrado en Santander. Se inscribieron a última hora para comenzar a regatear, y posteriormente también tomaron parte en el Campeonato de Bizkaia. El deseo era ponerse a punto en estos grandes eventos.

A pesar de no poder entrenar tanto como otras embarcaciones, la experiencia es un grado, y el Ave Fénix cuenta en sus filas con grandes deportistas. Todas las integrantes del equipo llevan tiempo navegando. Y en el caso de Lescan du Plessix, la presente edición es ya el tercer Mundial en el que participa.

Llegar a formar parte del evento, ser uno de los 80 barcos, era el objetivo: “Nuestra meta era llegar aquí y está conseguida”. El camino no ha sido fácil, y según admite Gandarias, parecía imposible participar en el Mundial con tan poco margen. “Estamos que no nos lo creemos”, expresa. De la flota que compite desde el pasado lunes y hasta este viernes en las aguas de El Abra, hay seis barcos compuestos íntegramente por mujeres. Es la mayor participación de barcos 100% femeninos de la historia del Mundial. Y aunque el nivel sea muy alto entre las mencionadas embarcaciones, Gandarias se muestra orgullosa del nivel competitivo mostrado por su equipo. “Lo estamos haciendo mejor de lo esperado, estamos contentas”, destaca.

Una vez finalice el Mundial, el Ave Fénix seguirá volando: “La idea es seguir con el proyecto”. El Abra es el punto de partida de una historia que vio sus alas cortadas, pero Gandarias, Abasolo, Lescan du Plessix, Renken y Mendoza resurgieron de las cenizas para albergar un futuro esperanzador.