BILBAO. Eso le lleva a dos semanas sin competición, pero en las que tendrá que pensar muchas cosas. “Dejaré la raqueta un rato, tomaré unos días de descanso y cuando sienta las ganas de volver a jugar, lo haré. Será un parón, mi idea es seguir jugando torneos, pero tengo tiempo de descansar y recuperarme de esta mala sensación”, comentó tras perder un partido en el que volvió a quedar de manifiesto su falta de ritmo y de confianza.

Solo ha jugado 32 partidos este año, apenas cinco por mes, y eso le lleva a sufrir cuando el juego coge vuelo, como le ocurrió ayer contra Haddad-Maia. No se vieron por ningún lado los cien puestos de diferencia entre una y otra en el ranking y, por descontado, ahora mismo no hay ni rastro de aquella Muguruza autoritaria, valiente y precisa que solo hace dos años ganó Wimbledon. “Cuando alcanzas resultados muy buenos y levantas trofeos, la gente espera siempre eso, lo puedo entender. Pero no es algo realista. Es muy difícil estar siempre al nivel muy alto”, expuso y reconoció que quizás acusó el hecho de no haber jugado desde Roland Garros ante una rival que llegaba con el ritmo de la previa.

El caso es que la vasco-venezolana empezó ganando por 2-0, aunque no tuvo regularidad. La brasileña marcó diferencias con el servicio. Pese a cometer ocho dobles faltas, la de Sao Paulo se anotó 35 de 38 puntos cuando puso la bola en juego a la primera. En cambio, Muguruza entregó al servicio un primer set en el que ambas lograron los mismos puntos. Esos problemas para manejar las situaciones favorables sin mostrar dudas se volvieron a manifestar en el segundo set cuando la campeona de 2017 mandó fuera una pelota clarísima para ponerse con 4-3 a favor y saque.

Haddad-Maia logró salir de ese apuro, se puso 0-40 en el siguiente juego, que Muguruza salvó con decisión. Pero en el décimo juego la de Caracas entregó el partido con una doble falta. “Es difícil encajar esto, estoy decepcionada”, aseguró visiblemente afectada, aunque no quiso comentar si va a acometer cambios en su equipo de trabajo, como le volvió a sugerir la prensa especializada: “No lo sé y no quiero hablar de eso”.

En el cuadro femenino no hubo sorpresas relevantes. Serena Williams superó la primera ronda con comodidad y cayó Maria Sharapova, que no pudo acabar por lesión su partido ante la francesa Pauline Parmentier. Ashleigh Barty, la número 1 del mundo, y Angelique Kerber, defensora del título, también vencieron sin apuros.

nadal avanza Por su parte, Rafa Nadal arrancó con una victoria sin apuros ante Yuichi Sugita, aunque el comienzo de 0-2 y 0-40 en contra obligó al balear a ponerse las pilas para evitar que el japonés se viniera arriba. Cerró con 6-3, 6-1 y 6-3 en dos horas y ahora le espera en segunda ronda Nick Kyrgios en un partido que va a exigir al de Manacor toda su templanza y oficio para afrontar al excéntrico australiano, que ayer dejó ante su compatriota Jordan Thompson otra muestra de sus vaivenes. Cedió el cuarto set por 6-0 y se llevó el quinto por 6-1.

Las alarmas saltaron en Wimbledon cuando Roger Federer cedió el primer set por 3-6 ante el surafricano Lloyd Harris, pero el ocho veces ganador reaccionó como esperaba y logró encadenar un 6-1, 6-2 y 6-2.

La jornada de ayer dejó por el camino a Dominik Thiem, quinto cabeza de serie, que fue víctima de una primera ronda letal ante Sam Querrey, semifinalista hace dos años. También perdió Denis Shapovalov, otro de los jóvenes a los que se les ha atragantado esta edición de Wimbledon.