Barcelona 5

Getafe 2

BARCELONA: Ter Stegen; Mingueza (Min. 75, Umtiti), Piqué (Min. 46, Araujo), Lenglet (Min. 46, llaix Moriba); Sergi Roberto (Min. 64, Trincao), De Jong, Busquets, Pedri, Jordi Alba; Messi y Griezmann.

GETAFE: David Soria; Iglesias, Djené, Sofian, Chema (Min. 76, Josete Miranda); Damián Suárez, Maksimovic (Min. 46, Koffi), Aleñá (Min. 46, Sabit), Cucurella (Min. 46, Arambarri); Ángel (Min. 63, Enes Ünal) y Kubo.

Goles: 1-0: Min. 8; Leo Messi. 1-1: Min. 12; Lenglet en propia meta. 2-1: Min. 28; Chakla en propia meta. 3-1: Min. 34; Leo Messi. 3-2: Min. 69; Enes Ünal de penalti. 4-2: Min. 87; Araujo. 5-2: Min. 90+3; Griezmann de penalti.

Árbitro: Jorge Figueroa Vázquez (Comité Andaluz). Amonestó a Lenglet y a Ronald Araujo, del Barça.

El título de Copa, y sobre todo la manera en la que se ganó la final ante el Athletic, fueron serotonina para un Barcelona que ante el Getafe mostró una versión alegre que le duró 65 minutos, suficientes para vencer por 5-2 y seguir dependiendo de sí mismo para alcanzar el doblete.

Como ya prometió Ronald Koeman y como recomendaría cualquier maestro de la meditación, los azulgranas se centraron en el presente, la Liga, y durante el partido pareció que no hubiesen escuchado hablar nunca de una tal Superliga a pesar de que los azulones aparecieron con un camiseta negra con el lema Gánatelo y el escudo de la Liga de Campeones.

Los goles los pusieron para el Barcelona dos veces Leo Messi, Ronald Araujo, Antoine Griezmann de penalti y Sofian Chakla en propia portería. Enes Ünal desde el punto de penalti y Clément Lenglet también en forma de autogol hicieron los tantos del honor para el Getafe.

El Barcelona ya hubiese podido romper en el minuto 3 el planteamiento defensivo de José Bordalás, que se plantó en el Camp Nou con cuatro laterales y siete cambios respecto al empate ante el Real Madrid, pero el disparo de rosca de Messi desde la frontal del área impactó en el larguero para después estrellarse contra la línea de gol ante la mirada impasible de David Soria.

Fue una premonición de lo que llegaría cinco minutos más tarde, cuando Leo Messi siguió tirando de repertorio y encontrando el gol.