madrid-Barcelona - El Barcelona afronta el partido de vuelta de las semifinales de Copa con la necesidad de marcar al menos un gol en el Santiago Bernabéu si quiere alcanzar su quinto título consecutivo en un torneo en el que ejerce un dominio abrumador. El resultado de la ida (1-1) da una ligera ventaja al Real Madrid, que se juega ante su eterno enemigo dos competiciones en cuatro días, aunque en este tipo de partidos no sirve de mucho la etiqueta de favorito. Es indudable es que el partido dejará huella.

Porque el Real Madrid, esta vez sí, la Copa adquiere importancia por ser el camino más corto a un título en un curso repleto de irregularidad y a costa del gran antagonista azulgrana. Luego vendrá el clásico liguero del domingo, donde una victoria azulgrana dejaría visto pasa sentencia el campeonato y obligaría al equipo blanco, un año más, a salvar la temporada en su torneo predilecto, la Champions.

El desafío tiene como preámbulo una década de asaltos del Barça al Bernabéu con recitales de Messi, que ante el Valencia demostró que está en forma. Hasta nueve victorias en 16 partidos en todas las competiciones por solo cuatro triunfos madridistas.

Solari y sus jugadores deberán enterrar sus dudas, renacidas de nuevo tras un tropiezo inesperado liguero ante el Girona que cortaba la racha de grandes resultados y buen juego con la que firmó su esperada reacción. El empate del Camp Nou de la ida, donde acarició el triunfo que cosechó en el derbi del Metropolitano o la vuelta con victoria a domicilio ante el Ajax en Champions alimentaron de nuevo la esperanza blanca. Poco importará en un clásico del todo o nada, con la afición del Santiago Bernabéu volcada para impulsar a su equipo.

Isco, ni convocado Solari tomará decisiones que marcarán su personalidad como técnico. La indisciplina en público de Gareth Bale, que se negó a seguir calentando en el Ciutat de València y a celebrar su gol con compañeros, deja al técnico argentino en una encrucijada. Ayer no quiso entrar en el tema. “Nuestro foco está puesto cien por cien en el partido de mañana. Veo a Bale como al resto con el foco ahí. Nosotros elegimos poner la mirada en este gran partido, no puede estar puesta en la periferia de lo anecdótico”, dijo. Con Isco, que ha quedado fuera de la convocatoria, no le tembló el pulso pero ahora necesita al galés, al que incluso medita incluir en el equipo titular.

El Barcelona se acogerá al gran momento de Messi. Valverde aseguró que el encuentro es un cara y cruz y “un partido definitivo”, al tratarse de una eliminatoria copera, por lo que no se reservará nada: “Pondremos al mejor equipo para ganar”.

Cómo no, Valverde fue cuestionado por el controvertido penalti a Casemiro ante el Levante, en cuya jugada se lesionó Doukouré. “No voy a entrar en eso”, fue su respuesta. Y a la cuestión de un periodista, que le preguntó si había escuchado el impacto sobre Casemiro en la polémica acción, Valverde comentó: “No me digas que no fue una respuesta genial (la de Carvajal)”. Tras el partido, aseguró que se encontraba a 25 metros y aun a esa distancia había escuchado la patada sobre su compañero. - DEIA / Efe