bilbao - Thibaut Pinot, el mejor escalador del Tour, el hombre que más filo ha mostrado en la carrera, odia el calor. Es una cuestión familiar. Herencia genética. El árbol genealógico de los Pinot tiembla con las altas temperaturas, que le achican la forma sensiblemente. La incidencia en su organismo le ha laminado más de una vez y para corregirlo, Pinot y su equipo, el Groupama, decidieron instalar una sauna en la granja en la que vive el ciclista en los Vosgos. La sauna es el método que emplea Pinot para adaptarse al calor y minimizar así la incidencia de las altas temperaturas sobre su cuerpo. Aliarse con el calor es la senda que sigue el escalador francés, consciente de que en el Tour manda la canícula. El tratamiento parece haber surtido efecto. Pinot triunfó en el Tourmalet y fue segundo en Prat d’Albis, donde mostró ser el más fuerte entre los favoritos al podio de los Campos Elíseos.

Si bien es cierto que en la presente edición del Tour el termómetro ha marcado temperaturas asumibles, el sol abrumó ayer. Antes de la etapa, en el Movistar calculaban que sus 8 ciclistas podrían consumir hasta 300 bidones durante el transcurso de la jornada, de 20 a 30 por ciclista, entre los que se beben y los empleados para refrescar la piel. Aseguran los médicos que el agua que se bebe debe estar a unos 20 grados. También es importante mantener el equilibrio de sales minerales porque con el sudor el cuerpo pierde mucha cantidad, lo que puede afectar al rendimiento del organismo. Junto a las sales que se puedan agregar en los bidones, los corredores consumen unas barritas energéticas especiales destinadas a los días de calor. - DEIA