Bilbao - Ayudante de Álex Mumbrú en labores técnicas, Javi Salgado reconoce que "nadie" apostaba por un Bilbao Basket jugando la Copa, pero pone en valor el crecimiento colectivo e individual de un grupo de jugadores que "desde el primer mes de competición se vio que competía bien".

El Bilbao Basket en la Copa. Quién lo iba a decir allá por septiembre.

-Nadie apostaba por esto. Probablemente estamos siendo el equipo revelación de la temporada, incluso más que el Zaragoza teniendo en cuenta nuestro presupuesto y nuestro punto de partido. Estamos en un buen momento y haciendo una buena temporada, lo que nos ha permitido clasificarnos para la Copa, que es un premio para todos: jugadores, club y afición.

¿Hay algún momento concreto en el que se dan cuenta de que los engranajes funcionan o ha sido algo gradual?

-Nosotros vimos desde el principio de temporada que el equipo competía bien, que casi siempre teníamos opción de ganar los partidos. Pero sí que es cierto que la evolución y crecimiento que ha tenido el equipo desde el primer mes ha sido muy bueno. Los jugadores han ido creciendo tanto individual como colectivamente y eso nos ha hecho estar en estas posiciones. En Santiago y Manresa perdimos después de prórrogas, pero se veía que el equipo se agarraba bien a los partidos. Salvo en Zaragoza, en toda la primera vuelta no hubo otro duelo en el que no tuvimos opciones de triunfo. A medida que hemos ido trabajando nuestras cosas, asentándolas más, y los nuevos han ido conociendo el grupo y la liga el equipo ha dado ese salto de calidad y ha sido capaz de seguir creciendo.

Desde el partido de debut en Tenerife se vio un grupo sorprendentemente sólido teniendo en cuenta las numerosas novedades. ¿Ayudó mucho el hecho de que siguieran cinco jugadores del año pasado?

-Fue importante porque ya conocían muchos mecanismos que tenemos tanto en ataque como en defensa. Eso te permite avanzar más rápido en muchas cosas. Los jugadores que siguen del año pasado están siendo muy importantes para nosotros y ayudan a que el grupo esté cohesionado desde el principio, a hacer piña en el vestuario y a guiar a los nuevos tanto en el club, como en la ciudad y la liga. Fue un acierto mantener ese bloque.

En el equipo hay muchos jugadores jóvenes y debutantes en la ACB. ¿Complica eso las cosas a un cuerpo técnico por el hecho de tener que insistir más en los conceptos o es beneficioso?

-Hay un poco de las dos. Al principio hay que insistir mucho en las cosas, corregir muchas situaciones, pero también es cierto que muchos vienen con la mochila vacía, con el disco duro limpio, y es fácil que lo que les intentes proponer lo asimilen muy rápido. Pero todos los procesos requieren su tiempo y el caso más claro es el de Jonathan Rousselle. Al principio se veía que jugaba bien pero siempre había alguna falta tonta, alguna pérdida evitable, cosas que le pesaban en los partidos por su inexperiencia en la liga. Pero últimamente estamos viendo su mejor versión por la confianza, la buena dinámica del equipo y porque ya le ha cogido el ritmo a la liga y a la forma de competir.

Llama mucho la atención el descaro con el que juega el equipo, desde el primer hasta el último jugador. ¿Es una apuesta del cuerpo técnico o es la buena marcha del equipo la que favorece que todos jueguen más sueltos?

-Es una apuesta total de Álex Mumbrú. Desde el principio les ha inculcado confianza. Los entrenadores no queremos que hagan tiros locos, pero sí que sean agresivos e intenten buscar la canasta desde el principio del ataque. Si tienen una buena situación, que la aprovechen. Álex hace mucho hincapié en eso desde la pretemporada y ahora se está viendo el fruto del trabajo que hacemos en los entrenamientos, con ejercicios en los que se corre mucho, se intenta dar mucho ritmo y jugar a una velocidad en la que no es fácil desenvolverse porque se pueden cometer muchos errores. Ahora estamos en un momento en el que somos bastante capaces de jugar rápido tomando buenas decisiones, lo que te hace generar muchas opciones rápidas de meter canastas antes defensas que no están preparadas desde el segundo tres o cuatro.

El equipo ha sabido sobreponerse incluso a la lesión de un jugador tan fundamental como Jaylon Brown.

-Lo de Jay lo notamos el día que sucedió, nos dejó un poco en shock. Ocurrió muy pronto en el partido y nos trastocó todos los planes. Pero en los dos siguientes partidos nos ha beneficiado que Álex rote mucho al equipo e intente que todos sean importantes en los partidos, cosa que no es fácil en una plantilla de doce. Intentar mantener a todos enchufados hace que, por ejemplo, Tomeu Rigo salga ante Unicaja y lo haga estupendamente, que cuando tenemos un problema en el puesto de ala-pívot Iván Cruz sea capaz de dar un paso al frente€ Desde septiembre hemos trabajado para que ningún jugador se quede desenchufado y ahora tenemos un equipo largo en el que cualquiera puede jugar y ser importante.

¿Cómo se le puede meter mano a un coloso como el Real Madrid?

-Haciendo muchas cosas bien. Teniendo mucho acierto en ataque e intentando que ellos no se sientan cómodos, que no pueden hacer su juego en llegada. Que Campazzo y Llull no puedan lanzar al equipo porque ellos tienen a muy grandes finalizadores tanto en línea exterior como cerca del aro. Hay que intentar que ellos no se sientan cómodos y llevar al partido a un terreno en el que seamos nosotros los que podamos estarlo. Algo más duro, más trabado, intentando que ellos no jueguen fácil. A partir de ahí, hay que ser conscientes de que el Madrid es el Madrid, un equipo top a nivel europeo. Ya les sorprendimos un poco en el partido en liga, pero es difícil hacerlo cuando hay un título de por medio.

Usted que ha jugado a sus órdenes en el Gipuzkoa Basket y la selección de Euskadi, ¿qué le parece la labor de Pablo Laso?

-Me parece increíble todo lo que ha logrado. El Real Madrid venía de ganar muy pocos títulos en los 20-25 años anteriores a su llegada y con él ha ganado casi veinte títulos. Le ha dado la vuelta a un ciclo que estaba dominado por el Barcelona y ha ganado Euroligas, Ligas, Copas... Además, transmite la sensación de un equipo dominador, ganador y capaz de adjudicarse cualquier título en cualquier momento. A mí siempre me ha encantado Pablo como entrenador porque es muy cercano, muy conocedor del baloncesto y con las ideas muy claras.