DOS jugadas del partido de ayer pueden resumir la sorprendente temporada que está protagonizando el Bilbao Basket. Hacia el final del primer cuarto, Ben Lammers colocó un enorme tapón, corrió la cancha como un alero y remató un mate como si tal cosa. En el último cuarto, cuando el partido estaba igualado a 70 puntos y quedaba 5:15 para el final, Jaylon Brown penetró en la defensa del Estudiantes y clavó un mate de esos que en la NBA se repetirían hasta la próxima década, al menos. Esa acción hizo que estallara Miribilla, que llevaba un rato acongojado, y que quedara la sensación de que el Bilbao Basket no podía perder tras una noche en la que tuvo minutos de confusión.

Pero después de dieciséis partidos ya ha quedado claro que los hombres de negro han armado un bloque por encima de las individualidades. Esas dos jugadas tuvieron como protagonistas a dos tipos que la pasada temporada estaban en la Liga LEB, esa liga que según muchos está tan alejada en su nivel de la Liga Endesa. El Bilbao Basket apostó por sus dos americanos del ascenso para su regreso a la élite, algo que no es habitual, y el escolta de Indiana y el pívot de San Antonio se han convertido ya en dos de las sensaciones de la nueva temporada, más allá de acciones espectaculares, porque esta competición no les viene grande, ni mucho menos.

La fiesta fue completa en el Bilbao Arena en una jornada que quedará para el recuerdo del baloncesto de Bizkaia. El conjunto de Álex Mumbrú tiene mucha hambre, representada en sus dos estadounidenses, ganas de hacerse un nombre de nuevo en una competición de la que fue protagonista a comienzo de esta década y a la que ha vuelto siendo consciente de su nueva realidad. El técnico ha encontrado muchos recursos en una plantilla mucho mejor de lo que se pensaba cuando echó a andar y cuando Axel Bouteille está muy vigilado y Arnoldas Kulboka sin inspiración, aparecen otros jugadores para tomar la responsabilidad. En el tramo final, a Brown y Lammers se sumó Thomas Schreiner, otro de los ascendidos desde la LEB, para anotar un par de canastas que permitieron sujetar esa diferencia labrada al final a base de un notable esfuerzo defensivo y más criterio en ataque del que había mostrado el equipo en el segundo y el tercer cuarto.

LA MEJOR RACHA DEL CURSO Después de todo, el Bilbao Basket logró su novena victoria de la temporada, cuarta consecutiva. Esto es lo más destacable ya que esta racha, la mejor del curso hasta ahora, llega tras tres derrotas consecutivas anteriores que habían sembrado una cierta inquietud, lógica ya que el conjunto de Miribilla es un recién ascendido a la categoría. Pero al margen del talento individual, esta plantilla tiene mucho cuajo mental, una confianza que le ha permitido salir de varios apuros y le ha colocado en posición de llegar a la Copa, un objetivo impensable hace escasamente cuatro meses, pero merecido por el rendimiento que está ofreciendo la plantilla. Ayer tenía delante a un equipo con solo cuatro triunfos, pero con jugadores acostumbrados a la presión, descarados incluso para bien, y a meter tiros difíciles, pero el Bilbao Basket hizo otra demostración de entereza en el tramo final.

Todavía quedan cosas que mejorar que tienen que ver, principalmente, con la manera de proteger el rebote defensivo. El equipo vizcaino ha cedido un 17% de los puntos en contra tras segunda oportunidad de sus rivales, lo que muchas veces frustra a los jugadores porque estropea una buena defensa. El Estudiantes aprovechó en los cuartos intermedios algunas de esas concesiones, lo mismo que las pérdidas de balón que le permitieron anotar con bastante facilidad, voltear el marcador en poco tiempo y ponerse en posición de ganar el encuentro. Sin embargo, cuando el Bilbao Basket lo necesitó encontró un esfuerzo extra en su trabajo de retaguardia y jugadas de esas que levantan al público de su asiento. Con esa interesante combinación ha entrado el club en el presente 2020, el año para quitarse mucho lastre de encima y volver a disfrutar como lo hizo ayer en el Bilbao Arena en una jornada larga, pero disfrutable desde el principio hasta el final.