RAFA Martínez tardó muy poco en tomarse la revancha ante su exequipo. El calendario le colocó el partido ante el Valencia Basket en la segunda jornada, el primero ante su nueva afición de Miribilla, y el escolta de Santpedor demostró que aún está para jugar a un alto nivel pese a sus 37 años. Quizás en Valencia no lo tenían claro y por eso no renovaron su contrato, pero quienes tienen que ocupar su sitio tuvieron ayer un partido muy flojo. Martínez sumó 16 puntos en 20 minutos y fue el jugador más valorado del partido y entre Joan Sastre, Vanja Marinkovic y Alberto Abalde se quedaron en tres. Tal es así que el conjunto taronja funcionó mejor cuando jugó con dos bases juntos, Guillem Vives y Sam Van Rossom, que les mantuvieron en el partido durante muchos minutos.

El veterano jugador llegó a Bilbao con ganas de recuperar el protagonismo que había perdido en la última de sus once temporadas allí, que empezó lastrada por las lesiones y no pudo remontar el vuelo, aunque terminó con el quinto título con la camiseta taronja. En el conjunto vizcaino va a tener responsabilidad y mando, de hecho fue nombrado capitán, y ya lo ha ejercido en los dos primeros partidos, sin forzar, pero tomando siempre las decisiones correctas. Ayer, además, anotó los dos tiros libres que cerraron la victoria, esos lanzamientos que hasta ahora en el Bilbao Basket llevaban el sello de Javi Salgado. Pero es que los primeros puntos del partido también fueron suyos gracias a un triple que dio ventaja al Bilbao Basket, que nunca estuvo por detrás en el marcador, ni siquiera empatado.

La insistencia de Álex Mumbrú para ficharle no fue un capricho y Rafa Martínez ha sacado a relucir ese plus competitivo que siempre necesita un equipo recién ascendido. La manera en que celebró esos puntos iniciales dejaron claro que no veía amigos en la cancha y que su misión en el Bilbao Basket solo acaba de comenzar. “Rafa ha hecho un partido muy bueno, a partir del corazón ha tenido acierto y ha entendido lo que pasaba. Va a ser un excelente transmisor hacia la grada de Miribilla, como lo fue en La Fonteta y en el Nou Congost. El Bilbao Basket ha hecho un fichaje extraordinario, va a ser protagonista en el espíritu que quiere tener este equipo”, afirmó Jaume Ponsarnau, el entrenador que no le dio demasiados minutos la temporada anterior.

Ese saber hacer de Rafa Martínez, un jugador con quince temporadas al máximo nivel, parece haberse contagiado al resto de sus compañeros, varios de los cuales están jugando sus primeros minutos en la Liga Endesa. Pero pese a ello han mostrado una gran sangre fría en aquellos minutos de los dos primeros partidos en los que dos rivales tan reputados como el Iberostar Tenerife y el Valencia Basket han apretado las clavijas en defensa. En esos momentos, los hombres de negro no han entrado en pánico y han logrado manejar con firmeza las pequeñas crisis que han tenido que atravesar. Probablemente, se debe a que el equipo está advertido de que esas fases complicadas pueden llegar ya que otra cosa sí que sería rara y no hace falta volverse locos. En este sentido, Rafa Martínez complementa perfectamente la labor de los dos bases ya que maneja el balón como cualquiera de ellos y da al equipo la pausa necesaria cuando la defensa rival aprieta. Su veteranía le permite también sacar faltas oportunas para sumar al menos desde la línea de tiros libres.

riesgo controlado Dos partidos aún no son una muestra significativa, pero a muchos les ha sorprendido el estilo de juego del Bilbao Basket, tan diferente del que mostró el año pasado. Mumbrú tiene claro que a jugadores como Kulboka, Bouteille o el propio Brown no se les puede tener amarrados y les está dando libertad para hacer sus tiros siempre y cuando mantengan la intensidad defensiva, algo en lo que todos los jugadores están muy implicados. Muchos tiros pueden parecer arriesgados o precipitados, pero el técnico tiene claro que “tenemos que jugar así”. No hay que renunciar a un tiro si diez segundos más tarde no vas a encontrar uno mejor. Algo así. Ayer mismo, el lituano y el francés anotaron sendos triples definitivos cuando la remontada del Valencia Basket era una amenaza real.

El caso es que el Bilbao Basket ha ganado sus dos partidos metiendo más de 80 puntos a dos equipos candidatos, al menos, a estar en los puestos de Copa y que van a jugar en Europa. Cuando coinciden en cancha quienes el año pasado estaban en la LEB, los hombres de negro no bajan el nivel y eso da la razón a Jaume Ponsarnau. Seguramente, son mejores de lo que muchos piensan o es que esa diferencia entre la ACB y la LEB de la que tanto se habla no es para tanto. Los jugadores se lo están creyendo, han cogido toneladas de confianza en estos dos primeros choques y ya solo les queda seguir creciendo. Llegarán tiempos peores, los rivales saldrán a partir de ahora con la alerta activada y el scouting bien machacado, pero toca disfrutar del momento. Carpe diem.