Mikel Kortazar (Ondarroa, 10 de marzo de 1999) tiene corazón athleticzale. No en vano, ha mamado Athletic desde que tiene uso de razón y ha ejercido 13 años en Lezama, hasta que el pasado verano tuvo que hacer las maletas después de que la anterior dirección deportiva no le ofreciera su renovación tras cerrar su ciclo en el Bilbao Athletic. Estudiante de CAFyD en la Universidad de Deusto –estudios que ha tenido que aparcar ante la imposibilidad de efectuarlos de manera presencial–, el lateral vizcaino fichó, primero, por la UD Logroñés, de la que salió este enero tras jugar 14 partidos y enrolarse, después, en el Calahorra, colista del grupo II de Primera RFEF, con un solo punto menos que los que posee el filial rojiblanco, al que se enfrenta este domingo en Lezama, desde las 16.00 horas, en un partido que puede marcar un antes y un después para los dos equipos.

¿Cómo ha sido su aterrizaje en el Calahorra?

Ha sido muy bueno, desde el primer momento todo ha sido muy fácil, tanto por parte de los compañeros como del staff técnico. La verdad es que estoy muy satisfecho,

Sorprendió su salida en enero de la UD Logroñés, donde tenía cierto protagonismo hasta la llegada de un nuevo míster. ¿Qué sucedió?

Sorprendió un poco. Las últimas semanas no estaba jugando mucho, yo estaba contento, compitiendo por el puesto. Con el mercado abierto el club piensa que se puede reforzar en ciertas posiciones. Me dice que le surge la opción de un lateral izquierdo que les puede interesar e intento buscar mi sitio en otro destino, así que decidimos salir para seguir jugando y tener minutos.

Habrá tenido que ver la figura de Carlos Pouso, el técnico del Calahorra. ¿En qué le convenció?

Me llamó según se enteró de mi situación, me comentó el proyecto, lo hablé con mi familia… Pouso me dijo las cosas claras y me decidí por el Calahorra.

Llega a un conjunto que es el último en la tabla y que cuenta con reducidas opciones de evitar el descenso. ¿Ha arriesgado mucho con esta decisión?

No, porque lo entiendo también como un nuevo aprendizaje, no creo que sea un paso atrás e incluso me fortalece más. Pese a que se dice que son reducidas las opciones de salvarnos, soy una persona optimista y tenemos varias oportunidades interesantes para lograr el objetivo.

¿Se puede salvar el Calahorra?

Por qué no. Hay mucha igualdad y si ganas dos partidos, te metes en la pelea.

El domingo retorna a Lezama, la que ha sido su casa desde crío. ¿Qué le dice el cuerpo?

Cuando estaba en el Logroñés ya tenía puesto en rojo la visita a Lezama, pero no fue posible –su exequipo visitó al Bilbao Athletic el pasado 29 de enero– y ahora tengo esa posibilidad con el Calahorra de volver donde sigue siendo mi casa, donde estuve desde los 10 años y he pasado más tiempo allí metido que en mi pueblo (Ondarroa), por lo que tengo muchas ganas de jugar el partido.

¿El equipo que no gane está sentenciado?

Para los dos equipos es muy importante, porque la victoria supondría dar un paso adelante, pero aún perdiendo se tendrían que dar otros resultados de los rivales en el corto plazo. No creo que te sentencie si pierdes.

Ya vivió esta situación la temporada pasada en el Bilbao Athletic, que sí se salvó tras firmar una brillante segunda vuelta. ¿Cómo razona aquel éxito?

Fue un año duro, pero que nos fortaleció a nivel colectivo e individual. Yo me quedo con las experiencias buenas. Fue una campaña positiva a nivel personal, aunque veía que podría ser mi último año.

Dice que podría ser su último año y así fue. ¿Quién y cómo le comunicaron que no seguía en el Athletic?

Sabía que mi edad me podría perjudicar por la filosofía que tiene el Athletic al no ser ya sub’23, vienen generaciones desde atrás, se regenera la plantilla cada temporada… Estuvimos mirando la opción de quedarme un año más para dar veteranía al equipo, pero se vio que era el momento de salir.

¿Fue una decisión de la anterior dirección deportiva o de la actual?

De la anterior. Las elecciones suelen ser un poco raras para los chavales que acabamos contrato. Para lo positivo y para lo negativo, tienes que estar a expensas. Hablamos con la nueva dirección, pero ya tocaba salir.

¿Entendió que la anterior dirección no le ofreciera la renovación?

Lo hablamos con todos, pero…

¿Tiene necesidad de reivindicarse el domingo?

No creo que sea así. Me lo tomo como un reto más, cada partido es importante y todo lo que sea jugar bien es bueno para el colectivo.

¿Se va sentir a extraño el domingo ante sus excompañeros?

Me tocará jugar ante los que considero amigos, pero será positivo. Creo que no me confundiré (risas). El Bilbao Athletic tiene plantilla para estar más arriba, pero es una categoría muy exigente, donde te ves ante equipos de la dimensión del Castellón, Murcia...

¿Hace mucho frío fuera de Lezama?

Es una frase que se repite cuando se dan estos casos, pero sí que es verdad que echas de menos detalles, pero desde el primer momento lo intenté asumir mentalmente lo antes posible.

¿Cuál es su perfil como lateral?

Creo que soy un jugador ofensivo, que estos años se ha hecho fuerte en el matiz físico y a lo largo de tu progresión vas mejorando en detalles para crecer como futbolista.

¿Ve probable en el futuro un regreso al Athletic?

Desde pequeño soy del Athletic y dentro de mis sueños se encuentra el de poder volver a Lezama algún día. Ojalá se cumpla.