TRA vez el viento en la cara mientras los ojos observan un paisaje cambiante. Por fin esa ruptura de la rutina de los entrenamientos en casa. La cinta de correr, aliada de los atletas en estos días de confinamiento, queda aparcada para retomar aquellas sesiones que antes ocupaban el día a día, son ahora un momento que disfrutan desde el pasado sábado. Son sensaciones de libertad que dan algo de cuartelillo a unos deportistas que todavía miran al futuro con incertidumbre. Sin embargo, no todo es un camino de rosas en este proceso hacia la nueva normalidad. Las aglomeraciones de gente dificultan los entrenamientos y en las ocasiones en la que los atletas entrenan fuera de los horarios marcados, algo permitido al ser deportistas de alto rendimiento, deben enfrentarse a la desconfianza de la gente, llegando a sufrir en algunos casos insultos.

La primera salida después del confinamiento fue especial para todos. Tanto para los deportistas como para las personas más sedentarias. Azucena Díaz, atleta del BM Bilbao Atletismo y participante en los Juegos Olímpicos de 2016, también salió el primer día a disfrutar de correr en el exterior. “Fue especial para todos poder salir a la calle a correr o pasear y respirar el aire. Todos hemos vivido unas sensaciones muy bonitas”, declara la maratoniana. Fue un reencuentro con el asfalto, recordando sensaciones olvidadas y que hizo que los primeras zancadas fueran extrañas. “He estado entrenando en cinta en casa pero los primeros pasos fueron un poco con sensaciones raras, parecía que el suelo se movía. Pero en cuestión de 200 metros ya volvió la normalidad”, declara la madrileña.

Pero en este primer día Díaz también se encontró con la otra cara de la moneda, un escenario que le hace ser pesimista de cara a la solución de esta crisis. “Fue una locura. Había grupos de gente, personas paseando en bicis juntos, corros de adolescentes en plan botellón… no vi mucho civismo ni solidaridad ni empatía con toda la gente que ha muerto y sus familiares”, reconoce. Ante esta situación y viendo los problemas que tenía para entrenar, decidió abortar su primer intento: “Costaba incluso caminar de toda la gente que había. Lo que hice fue subir a casa y salir más tarde a correr”.

Debido a la multitud de gente que se agolpó en las calles y la imposibilidad en algunos casos de adaptar sus entrenamientos a estos horarios, los atletas de alto rendimiento solicitaron tener más flexibilidad y a partir del lunes pudieron salir a correr sin las restricciones horarias que hay para el resto de ciudadanos. Esta situación, desconocida por bastantes personas, creo situaciones incómodas. “Pediría un poco de comprensión a la ciudadanía porque los atletas de alto rendimiento no tenemos franjas horarias para entrenar y varios compañeros míos han recibido insultos”, cuenta Carlos Tobalina, que también aprovecha estos días para volver a ejercitarse en el exterior.

un entrenamiento diferente

El lanzador de peso nacido en Barakaldo puede salir a la calle a entrenar pero en su caso particular sus entrenamientos son diferentes a la de la mayoría de los atletas, debido a las características propias que tienen los lanzadores. “Durante estos días lo que me ha mandado el entrenador es hacer algo de físico, pasear y hacer algunos calentamientos. Tengo que ir con calma porque durante estos días no he sido el típico atleta que ha estado haciendo de todo en casa porque se me caían las paredes encima”, relata Tobalina. La esperanza del lanzador es que el lunes abran los centro de alto rendimiento y pueda entrenar en mejores condiciones

Ese día la mayoría de los atletas darán otro paso más en su preparación y empezarán a acercarse a entrenamientos a los que están más acostumbrados. “Tengo bastantes ganas de empezar a lanzar y a ver si puedo recuperar el nivel que tenía antes. Estoy ilusionado porque los Juegos Olímpicos de Tokio siguen en pie y ese es mi gran objetivo”, comenta Tobalina, que bromea con su motivación de cara al primer día: “Ahora mismo tampoco es que tenga muchas ganas de coger la bola porque sé que se me cae en el pie”.

Ir poco a poco es la apuesta de la mayoría de los atletas. Los objetivos todavía son lejanos y la inactividad vivida puede llevar al atleta a situaciones no deseadas. “Mi objetivo es estar bien en febrero. Los deportistas tenemos que empezar con calma y no tener prisa en coger nuestro mejor nivel porque las lesiones siempre son un problema y hay que tener mucho cuidado”, afirma Tobalina. Por su parte, Díaz tampoco apuesta por empezar al máximo. “Afronto mis entrenamientos pensando en el día a día y sin objetivos cercanos. Ahora toca ver si nos dejan entrar en los centros de alto rendimiento y esto será como una pretemporada”, cuenta la corredora del BM Bilbao Atletismo. Es el retorno de los atletas, otro paso más hacia unas competiciones que todavía están muy lejanas pero por lo menos podrán ser preparadas en el exterior.