SIETE de los deportistas becados por la Fundación Basque Team pertenecen al deporte adaptado. Aitor Francesena, en surf adaptado; Amador Granados, en ciclismo en pista adaptado; Asier Aguirre, en atletismo adaptado; Iker Sastre, en tenis de mesa adaptado; Jon Santacana, en esquí alpino adaptado; y Rakel Mateo, en triatlón adaptado, representan lo más selecto, lo más exitoso del deporte adaptado en Euskadi. Son siete. Pero desde la organización vasca prevén seguir aumentando dicha cifra dado el desarrollo que está teniendo. Sin embargo, aunque siete todavía parece un número insuficiente, se trata de una cantidad impensable hace escasos años. Porque la relación de Basque Team con los paratletas no siempre fue buena. El desconocimiento y la ignorancia entre ambas partes impedían avanzar hacia un punto en común; y cuando todo parecía perdido, entró la figura de la Federación Vasca del Deporte Adaptado para mediar y limar asperezas. “Los deportistas siempre se han relacionado con Basque Team de forma individual, pero con el deporte adaptado había una serie de desencuentros. Entonces, nuestra labor ha sido lidiar entre ambas partes para llegar a un buen nivel de entendimiento. Para ser capaces de que se sienten a la mesa para ver qué está pasando y qué se puede hacer”, explica Porfirio Hernández, presidente de dicha Federación.
Y su moderación ha dado sus frutos. “Ahora hemos llegado a un nivel de entendimiento razonable en poco tiempo y los técnicos se reúnen con facilidad y frecuencia. Se está trabajando bien, colaborando”, resalta Hernández. De hecho, en apenas año y medio de trabajo entre Basque Team y la Federación, no solo se han equiparado las becas de los paratletas a las de los deportistas convencionales, sino que además “desde la Fundación han comprendido la complejidad del deporte adaptado”. “Todo lo que generalmente adopta un deportista convencional, ahora lo adaptan también a las necesidades de nuestros deportistas. De hecho, nos han permitido crear una lista de nombres que no están todavía al nivel de lo solicitado por Basque Team, pero que sí están en proceso, para crear un programa de tecnificación y ayuda”, reconoce Hernández. Asimismo, el presidente de la Federación también asumió la labor pedagógica que tuvo que realizar con sus deportistas: “Al fin y al cabo, Basque Team no es un banco. No puedes ir a la ventanilla y pedir. Que no se trata solo de recibir becas. Por eso es importante el diálogo mutuo, conocernos todos y crear un interés común”.
Partiendo de la base de que la Federación Vasca del Deporte Adaptado no entra dentro de la figura convencional de una Federación porque, tal y como explica Hernández “nosotros damos cabida a todas las modalidades posibles de todos los deportes; e incluso a deportistas que a pesar de su éxito, carecen de club”; el presidente se congratula, además de las becas, del trabajo en común que ambas partes han comenzado. “Aparte de los exámenes y las valoraciones médicas que nos aportan, estamos llevando a cabo un proyecto de tecnificación para la gente con potencial que viene de abajo”, dice Hernández. Es decir, ahora ambas partes tienen una posición más activa respecto al problema y, por parte de Basque Team, sobre todo una posición mucho más consciente y real. “Ahora podemos trabajar con promesas, con gente que no tiene una marca competitiva, pero que los técnicos valoran que puede conseguirla en un futuro. Pero eso no quieren decir que sean deportistas jóvenes. En nuestro colectivo, una promesa puede tener 30 años si ha tenido el accidente hace poco”, explica el presidente de la Federación. Por ello, ahora desde la Fundación se trabaja ya con el grupo de paratletas que en los años venideros aspira a copar las vitrinas vascas de éxitos; y se les proporciona la estructura necesaria -entrenadores, materiales, lugares de entrenamiento- para poder seguir evolucionando hacia la excelencia.
Pocos, pero buenos Trabajando en el futuro, Hernández se detiene para valorar el presente. El hoy del deporte adaptado en Euskadi. Y el presidente de la Federación resalta que “no es la mejor época, pero ni mucho menos es la peor”. Habla de acuerdo al número de licencias federativas, que es el referente que tiene dada la ausencia de trabajos de investigación que orienten acerca de la cantidad de personas con discapacidad que practica algún deporte. “Las licencias se están manteniendo en el tiempo, aunque claro está, nuestra intención y deseo es verlas crecer”, concluye. Sin embargo, la cara de Hernández se ilumina cuando le preguntan por los resultados. Porque los protagonistas del deporte adaptado vasco son buenos. Muy buenos. Y entre todos acumulan una colección de medallas, Europeos y Mundiales que muchas otras Federaciones envidiarían. “Hay una enorme desproporción porque, contando con tan poca gente, hay gente extraordinariamente buena. Son personas que se lo han ganado ellas mismas, entonces, es una situación que no es sostenible”, reconoce el presidente. Y es que Hernández no se explica cómo habiendo cosechado tantos éxitos, los deportistas adaptados tengan todavía que valerse tan solo de su esfuerzo y cuenten con escasas ayudas. Aunque con Basque Team todo vaya ya hacia delante.