26 años después de la creación de Mi Hermana Corina (MHC), grupo de pop–rock asentado en Bizkaia, solo queda Hugo Allende de sus miembros originales. Su “pasión y locura” por la música se vehicula en su disco actual, el autoeditado Better Place, un décimo trabajo que añade “crudeza y sonidos experimentales” a un estilo con guiños al afterpunk y a la música de los 80, siempre liderada por las enseñanzas de David Bowie. Lo presentarán este sábado y domingo en la sala Crazy Horse de Bilbao, y para el segundo bolo, por la mañana, todavía hay entradas.

26 años en la brecha y solo queda usted de los inicios. A esto se le llama pasión ¿no?

Pasión y locura por la música. Lo de quedarme como único miembro original no es algo que haya buscado, aunque es perfectamente comprensible que el trabajo y la familia sean prioridad para los ex-corinos. Mantengo una muy buena relación con ellos y he tenido la suerte de encontrar y rodearme de la gente perfecta en el momento oportuno para poder continuar con la banda.

Preséntenos a los dos veteranos que le acompañan hoy, gente de Ezkerraldea ligada al rock duro y al punk. ¿Qué han aportado?

Son Joseba Aizpurua al bajo y Rober Torea a los platos. Vienen del punk y del rock duro, respectivamente, de la margen izquierda, barakaldarras de reputado prestigio que militaron en bandas como Kraken, En Mala Hora o Trim. No puedo sentirme mejor arropado, ni más agradecido por su dedicación, ilusión y compañerismo. Gracias a ellos MHC continua y tiene cuerda para rato. 

¿Siente la música como una manera de escapar de las obligaciones diarias?

Es una manera de ver la vida, es mi vía de escape principal. Es lo que me desconecta por completo del día a día, y lo que me sigue poniendo la piel de gallina en muchos momentos, hasta el punto de lograr que en casa mi mujer y mis hijos, todos toquen uno o varios instrumentos. 

¿Mejor lugar, imposible?

Después de casi 27 años y de 10 discos, efectivamente, no podemos encontrarnos en un mejor lugar, como dice el título del último disco. Acabamos de firmar nuestro mejor trabajo, el futuro próximo pinta muy bien y estamos seguros de que hemos dado un gran paso adelante en todos los sentidos. 

Aunque le cueste dinero. La autoedición resultará obligada para alguien que vive la música como afición, no como oficio.

No queda otra. En MHC siempre hemos sido como hormiguitas, que ahorramos lo que vamos sacando de los conciertos, y eso nos permite cada dos o tres años acumular un dinerillo que ayuda a la grabación del siguiente disco. 

¿Ese planteamiento es la razón para que no haya disco físico o el cambio en la forma de consumo?

Es un poco todo, hoy en día es que le haces un flaco favor a quien te compra un disco físico, ya que igual acaba de posavasos. Actualmente, lo más común es escuchar la música en streaming, salvo excepciones. Y en esta ocasión, hemos optado por invertir más en imagen, apostando por tener un dossier fotográfico de alta calidad y en la dirección artística del disco, apoyados en el videoclip del primer single, en formato lyric vídeo, que ya está en redes, y en otro más para el segundo single que se publicará en febrero y que será algo muy sentido y especial. 

Denos algunos datos de la grabación: tiempo, estudio, improvisación o no…

Se ha grabado en los estudios Tío Pete de Urduliz y es la cuarta vez que acudimos allí, con Unai Mimenza a los mandos, que ha hecho un trabajo excepcional. La grabación se llevó a cabo en dos fines de semana de octubre y luego invertimos otros tantos para la mezcla. No ha habido lugar a la improvisación, todo ha ido muy medido. Las canciones llevaban ya tiempo buscando su sitio y teníamos bastante clara la estructura y el sonido que estábamos buscando. 

La alternancia de idiomas sigue ahí, y las referencias o influencias no han cambiado demasiado –sonidos británicos de los 60 a los 80– si exceptuamos cierta apertura a las texturas o ritmos electrónicos.

Hasta ahora, la banda contaba con dos compositores, Roberto Kintela y yo. Él se desenvolvía mejor en castellano y yo, en inglés. Esto tiene pinta que dará un giro importante, ya que él ha dejado la banda por decisión personal después de muchos años. Perderemos eclecticismo, pero nuestro sonido ganará en coherencia.

Hay varios temas con un sonido más oscuro, más afterpunk.

Sí, hay mucha crudeza y sonido experimental con bajos muy gordos apoyados en sintetizadores en algunas canciones, con referencias obvias a bandas referentes como Depeche Mode, The Cure, Bauhaus o Ultravox. Y siempre bajo la sombra larga de David Bowie. 

Le dan importancia a lo visual, a los videos y a la portada, en la que ha colaborado su hija. ¿Hay que envolver convenientemente las canciones, es parte del todo, de la creación artística?

Así es, hemos logrado una coherencia entre lo visual y lo musical que no habíamos conseguido nunca anteriormente. Mi hija Mireia es la auténtica artista de la familia, quien además de haberse encargado de la portada y la dirección artística, también ha hecho los coros en un par de canciones. !Le pega a todo!

¿El ser el décimo disco lo convierte en especial, de alguna manera?

Es un número redondo que da mucho vértigo y que en cierta manera nos delata; ya peinamos demasiadas canas. Pero no deja de ser un orgullo poder afirmar que efectivamente, son ya 10 discos de temas propios. Somos humildes, pero tampoco está de más sacar pecho, ya que pocas bandas aguantan tanto tiempo manteniendo el nivel. Y nosotros lo hemos superado, por qué no decirlo si es así como lo sentimos.

¿Han llegado ya al centenar de canciones?

Por ahí andaremos, si sumamos las de los 10 discos y alguna cosilla que hemos hecho aparte, como la nueva canción de Candanchú. Si no hemos llegado a la centena estaremos rozándola.

¿Cómo será la presentación del disco?

Se dividirá en dos partes. En la primera tocaremos prácticamente todas las canciones del nuevo disco, y en la segunda recuperamos otras viejas que funcionaban muy bien y que dejamos de tocar por la dependencia de estar siempre preparando nuevas temas. Como artista invitado, estará Galipop, una banda nueva de Bilbao de versiones que lo hacen muy bien y que se encargarán de ofrecer la apertura perfecta. 

La respuesta ha sido buena, al final serán dos conciertos.

Sí, las entradas para el primer pase se vendieron de la misma, y como no queríamos que nadie se quedara sin poder asistir, decidimos hacer un segundo pase al día siguiente, el domingo 19 y a la hora del vermú, y para el que todavía quedan algunas entradas.