El Zinemaldia dedicará la retrospectiva de su 72 edición al poliziesco italiano, del que proyectará 22 títulos que abarcan un periodo de 80 años, desde 1943, cuando Visconti rodó Obsesión, hasta 2023, en que se estrenó Última noche en Milán, que firma el cineasta Andrea di Stefano.

Bajo el título Italia violenta. El cine policiaco italiano, el certamen donostiarra ha organizado este ciclo en colaboración con el Istituto Italiano di Cultura con el fin de difundir un género “que sirve para realizar un acertado retrato del país y que todavía hoy sigue pendiente de revisión desde un prisma contemporáneo”, señala el Zinemaldia en una nota. Con Obsesión, Visconti esquivó la estricta censura que el fascismo impuso sobre el cine criminal y dio el pistoletazo de salida a un género “enormemente transitado durante toda la historia del cine italiano”.

Bajo el influjo del autor de El gatopardo, realizadores como Mario Soldati y Fernando Cerchio analizaron las consecuencias que la guerra había dejado en el tejido del país, y su influencia impulsó el rigor que marcó a Pietro Germi o Luigi Zampa en su tratamiento del fenómeno creciente de las redes criminales. De Soldati se podrá ver Fuga en Francia, de 1948, y de Cerchio, Nacido en el odio, de 1951. In nome della legg y La città si defende son algunas de las películas programadas de Germi, mientras que de Luigi Zampa se proyectará Processo alla città.

Las redes criminales han sido tratadas también en el cine italiano por vía de la comedia en cintas como El poder de la Mafia, con la que Alberto Lattuada logró la Concha de Oro en Donostia en 1962 y que se incluye asimismo en el ciclo. El día de la lechuza es otro título fundamental del poliziesco que forma parte de la retrospectiva, con el que Damiano Damiani abrió un nuevo prisma sociológico sobre el problema de la mafia, al igual que Investigación sobre un ciudadano libre de toda sospecha, de Elio Petri, Oscar a la mejor película extranjera en 1969.

La aparición del terrorismo abocó a Italia a una guerra civil encubierta que tuvo su eco también en el cine con filmes como La policía agradece, de Stefano Vanzina, que se alzó con la Concha de Plata al mejor director en el Festival de Donostia en 1972. “Será el punto de partida del filón conocido como poliziottesco, revitalización del policíaco desde parámetros de género puro que se erigirá en auténtico hito del cine B de los 70”, explica el Zinemaldia.