El cómic es una mezcla entre artes plásticas y narrativa y, sin lugar a dudas, las historias que se cuentan a través de los dibujos también son un reflejo de la sociedad en la que se vive. Euskal Herria cuenta con un importante peso específico en el mundo del cómic gracias a publicaciones tan destacadas como TMEO, publicación que lleva más de tres décadas en marcha, editoriales como Harriet Ediciones y a creadores como Antton Oleaga, Juan Carlos Eguillor, Mauro Entrialgo, Ángel Unzueta y Amaia Arrazola, entre otros. Todo ello se refleja en la exposición Komikia 1975-2020, una muestra que se puede ver en la Sala Municipal de Exposiciones Ceferino del Olmo de Barakaldo hasta el día 28. La exposición está organizada por la Diputación Bizkaia y cuenta con Mikel Begoña y Kike Infame como comisarios.

A través de paneles se reflejan los cómics que han marcado el desarrollo de esta disciplina en Euskal Herria.

Sin lugar a dudas, la muerte del dictador Franco fue un impulso para que el cómic y el humor gráfico emergiesen en aquella sociedad que volvía a acercarse a la libertad después de casi cuatro décadas sombrías. En el caso de Euskadi ese impulso era doble puesto que el uso del euskera dejó de estar perseguido y, con esos ingredientes, empezaron a aparecer grandes dibujantes como Antton Oleaga, Juan Carlos Eguillor o Jon Zabaleta y, en mitad de ese clima apareció la que fue la primera publicación en euskera que usaba el cómic, la revista Komikia. La ola parecía imparable y en 1977 aparecieron dos nuevas publicaciones como Kili-Kili e Ipurbeltz. A medida que se avanzaba hacia el final de los 70, el número de publicaciones y creadores iba creciendo y fueron floreciendo proyectos como Ikusager, que estuvo activo hasta 2001. La inercia generada continuó en los 80 y en ello tuvo gran parte de culpa la puesta en marcha de proyectos como Habeko Mik, creado por Habe en 1982 y que sirvió de impulso al uso del euskera. Por aquellas páginas pasaron creadores como Joaquín Resano, Pedro Osés, Javier Mina, Mauro Entrialgo, Iñaki Martínez o Mikel Valverde hasta que el proyecto concluyó en 1991. El nacimiento de TMEO en Gasteiz allá por 1987 supuso un nuevo impulso al mundo del cómic en Euskal Herria y alumbró a personajes como al emblemático Herminio Bolaextra creado por Mauro Entrialgo. Los 90 fue la década de los fanzines y de la entrada en crisis del sector, pero, pese a todo, hay episodios de luz como la creación de Los Comictivos por parte de Natxo Allende en 1994 y la aparición de los primeros manga autóctonos con Dragon Fall. También fue importante el salto al mundo internacional de creadores como Ángel Unzueta, quien comenzó a dibujar para Marvel y Juan Luis Landa, quien dio el salto al mercado francés.

Por su parte, la llegada del nuevo milenio supuso un nuevo punto de inflexión en el mundo del cómic vasco con el nacimiento en 2001 de Astiberri, un proyecto que ha dado dimensión internacional al cómic vasco y que es todo un referente del denominado noveno arte. Ya en esta década las mujeres empiezan a abrirse hueco en el mundo de la creación y dibujantes como Amaia Arrazola y Ainara Azpiazu comienzan a destacar. En 2003 la obra Gartxot, firmada por Asisko Urmeneta, Jokin Larrea y Marko Armspack recibe un premio en Córcega que pone de manifiesto la buena salud del cómic vasco, algo que no hizo más que mejorar con la puesta en marcha en 2005 del proyecto Xabiroi. A través de los distintos paneles que pueblan la Sala Municipal de Exposiciones Ceferino del Olmo se puede conocer la historia del cómic vasco y la importancia que ha tenido el humor gráfico gracias a la labor de autores como Asier Sanz y cómo el cómic ha sabido maridar con la gastronomía tal y como se vio en Aventuras, Desventuras y Recetas, obra en la que se unió el talento al dibujo de Javirroyo con los cocineros Martín Berasategi y David de Jorge.

Futuro halagüeño

La animación y el cómic han saltado al cine y en ello los creadores vascos han tenido un importante papel tal y como se vio en 2018 con Black Is Beltza de Fermín Muguruza. El ecosistema del cómic en Euskal Herria está marcado por, cada vez, una mayor presencia femenina, la aparición de nuevas obras, la reedición de clásicos por parte de Harriet y proyectos como Astiberri que ofrecen opciones de futuro e internacionalización de este género que une dos formas de hacer arte: dibujar y narrar. Así las cosas, quienes acudan a la Sala Municipal de Exposiciones Ceferino del Olmo de Barakaldo hasta el día 28 podrán darse un pequeño baño de historia del cómic vasco, una trayectoria de 45 años que ha sido muy apasionante y que promete ofrecer nuevos capítulos interesantes y llenos de acción y humor.