Para Nicholas Meyer ser artista significa meter un mensaje en una botella sin saber qué es lo que va a suceder con ella. En el caso de este escritor, guionista, productor y director de cine estadounidense, sus mensajes -en forma de libros y, sobre todo, películas- no solo han sido hallados por millones de personas, sino que han conseguido calar hondo. Conocido por rodar dos de las películas de la saga Star Trek, además de Los pasajeros del tiempo o El día después, el cineasta se define como un "cuentacuentos" para quien lo más importante, más allá del formato, es "que una historia sea buena". Su trayectoria será premiada mañana con el galardón Estrella del Fantástico concedido por el Festival de Cine Fantástico de Bilbao

"Me entusiasma que el mundo nunca tenga suficiente Star Trek; ofrece algo que nadie más ofrece, que es esperanza de que haya personas de buena fe para lograr algo", ha asegurado el cineasta, responsable de Star Trek II-La ira de Khan (1982) y Star Trek VI, Aquel país desconocido (1992). Mucho después, en 2017, Meyer dirigió tres capítulos de la serie de televisión Star Trek Discovery. "Ojalá hubiera tenido el presupuesto y los efectos especiales que hay hoy en día cuando rodé la segunda y la sexta entrega", ha expuesto el cineasta, quien ha asegurado admirar "el talento sin fin de los guionistas de la saga". Parafraseando a León Tolstói, para quien "el objetivo del arte era enseñar a amar la vida", es justamente eso lo que, a su juicio, hace la popular saga de ciencia-ficción.

El debut como director de cine de Nicholas Meyer fue con Los pasajeros del tiempo , película en la que narra cómo el novelista H. G. Wells persigue a Jack el Destripador a través del tiempo. "Escribí y vendí el guión con la condición de poder dirigirla", ha señalado antes de confesar que le concedieron la oportunidad después de que la película hubiera logrado una puntuación elevada en la carrera a los Oscar. "No sabía lo que era dirigir un largometraje, así que les dije al equipo técnico y al elenco que tendrían que ayudarme pero que quería hacerlo a mi manera", ha apuntado el cineasta quien, a pesar de las recomendaciones, siguió su instinto. "Cometí un montón de errores, pero estoy muy orgulloso de la película. Después de tanto tiempo la gente todavía desea verla", ha evidenciado Meyer, quien ha extendido ese orgullo a otros trabajos, como la adaptación de la novela de Philip Roth, La mancha humana (2003).

En palabras del director de cine, cuando dirige parte del objetivo de "intentar matar dos pájaros de un tiro: ahorrar dinero y dejar cosas a la imaginación". Al primer objetivo respondió una de las decisiones tomadas en Los pasajeros del tiempo, cinta en la que los personajes transitan de 1893 a 1979. Después de viajar al futuro, el protagonista principal se encuentra dentro de una exposición sobre él mismo. "Tenía que crear un set con su casa y otra con el museo. Me llegó una idea genial optando por colocar los objetos de su casa en la exposición, evitando así construir su casa", ha declarado. En cuanto a la importancia de fomentar la imaginación a través del cine, algo que "muchas películas no están haciendo", Meyer ha expuesto que "el cine de terror deja cosas fuera para que los espectadores puedan imaginar lo que está sucediendo tras la cámara". Como ejemplo de ello ha citado la cinta Tiburón.

Nicholas Meyer rodó El día después Desde que se firmó la película, que narra un hipotético ataque nuclear de la URSS a los Estados Unidos, las cosas "han empeorado", según Meyer. "Hoy en día ya no se necesita una arma nuclear, se necesita una persona enajenada. Con eso ya puede crear el caos", ha apuntado el cineasta, que no ha eludido citar a Vladimir Putin como un claro ejemplo de lo descrito. "Hay dos premisas a la hora de empezar una guerra. La primera es que tiene que ser corta. La segunda es que se tiene que ganar, pero las guerras no se ganan y es difícil pararlas", ha aseverado el cineasta, quien considera que en El día después se ofrecía, al contrario, una perspectiva optimista. "En resumidas cuentas, no creo que estemos viviendo una buena época", ha concluido al respecto.

GALA DE CLAUSURA

Meyer recibirá el galardón de FANTEl cineasta ha comparecido en una rueda de prensa acompañado por Gonzalo Olabarria, concejal de Cultura y Gobernanza, y Justo Ezenarro, director de FANT. Ambos han alabado la trayectoria del director que recibirá el premio que en otras ediciones ha recaído en artistas como Joe Dante, Barbara Crampton, Fred Dekker o J. A. Bayona. Aunque actualmente es más conocido por su faceta como director de cine, el estadounidense comenzó su carrera en como guionista de televisión. Y en 1974 publicó su novela Elemental, Dr. Freud: solución al siete por ciento, protagonizada por Sherlock Holmes.

Respecto a con qué disciplina se siente más identificado, Meyer ha asegurado tener una página web en la que se describe como "cuentacuentos": "Me da igual el formato, película o novela. La cuestión es que el contenido de la historia encaje con el formato", ha apuntado. En ese sentido, ha indicado que en el caso de Los pasajeros en el tiempo, donde los personajes victorianos se trasladan a los tiempos modernos en el que alucinan con conceptos como las minifaldas o los aviones, consideró que la mejor fórmula sería el largometraje. Con todo, ha reconocido que también le gusta el trabajo "solitario" de la escritura. "Me gusta hacer de todo. Al fin y al cabo, lo más importante es que una historia sea buena", ha manifestado el cineasta, quien se ha declarado incondicional de Shakespeare.