Un espectador elegantemente trajeado del Zinemaldia lee el periódico del festival sentado en un banco junto a un vagabundo. La directora rusa Yuliya SoIntseva, primera mujer cineasta en competir por la Concha de Oro, posa ante el logo del certamen. Estas dos fotografías, hasta ahora prácticamente nunca antes vistas, forman parte de un total de 30 expuestas en Tabakalera y con las que el Zinemaldia trata de revelar "otros miradas" sobre sus primeros pasos.

"No queremos contar lo que ya sabemos. Si no descubrir nuevas historias que han quedado en los márgenes". Con estas palabras ha presentado esta mañana en la sala Kutxa Kultur el coordinador del departamento de Investigación de Elías Querejeta Zine Eskola (EQZE), Pablo La Parra, la muestra Primeros pasos. Otras miradas sobre la historia visual del Festival de San Sebastián (1953-1970).

Organizada por el propio Zinemaldia junto a Kutxa Fundazioa y EQZE, la exposición reúne 30 fotografías desde 1953 a 1970 "recuperadas, catalogadas y puestas al público" por primera vez y divididas en dos bloques. Por un lado, se ha querido hacer "una mirada crítica de género" sobre el papel de la mujer en esas primeras ediciones, comúnmente reducida a ser una simple estrella de cine más, y, por otro lado, se ha querido poner el foco en la situación social del certamen esos años.

LA MUJER Y EL CONTEXTO SOCIAL

"Nos empezamos a hacer preguntas como, ¿quiénes fueron las primeras mujeres directoras?", ha contado La Parra sobre el primero de los bloques, en los cuales se halla la respuesta a la cuestión. La rusa Yuliya SoIntseva fue en 1966 la primera cineasta en competir en la Sección Oficial, tal y como lo recoge una ilustración suya frente a un decorado de la edición de ese año en forma de concha.

A ella le siguió otra rusa, Tatiana Lióznova, que aparece inmortalizada sobre el escenario del Teatro Victoria Eugenia minutos antes de presentar su filme a competición, y la húngara Judit Elek que trajo a Donostia en 1969 The Lady from Constantinople.

Pero la búsqueda del equipo de trabajo de EQZE no se queda ahí y también "han rescatado" las imágenes de coordinadoras y programadoras que han quedado relegadas en la historia del certamen donostiarra.

En el mismo bloque también se ha querido mostrar el encorsetamiento a la que las actrices se vieron sometidas en las décadas de los 50 y 60, ejemplificado en tres fotografías de Pepa Flores, Marisol, antes incluso de estrenar su primera película. Tal y como ha explicado La Parra, durante el Zinemaldia se "llevó a cabo una operación de construcción" para convertirla en la figura que el público esperaba de ella.

El segundo bloque "descubre" que el Zinemaldia carecía de un carácter tan popular como hoy en día, cuándo no se entiende una edición sin la importancia de sus espectadores.

Para ello, se han buscado fotografías "fuera de las alfombras rojas", algo inusual entre las 11.000 ilustraciones que han trabajado. Salvo contadas ocasiones, los fotógrafos no salían del protocolo institucional en plena dictadura de Franco, por lo que se hayan escasos documentos referidos al público.

Uno de ellos es realmente importante dada su connotación: los asistentes a la proyección del filme Ama Lur, de Fernando Larruquert y Néstor Basterretxea, en el cine Astoria en pie aplaudiendo el pase. Una "victoria" para los diferentes movimientos antifranquistas vascos de la época, que consiguieron introducir la producción en la edición de 1968.

Buena parte de este bloque se debe al trabajo realizado por el fotógrafo Arturo Delgado, que quiso desplazar el ojo de su cámara a la calle. Suya es la fotografía del hombre trajeado junto al vagabundo. "Se atrevió a dar un paso más allá cuando nadie lo daba", ha añadido La Parra.

La exposición se podrá visitar hasta el próximo 25 de abril de lunes a viernes de 9.00 a 21.00 horas y los sábados y domingos de 10.00 a 21.00 horas. A ella le seguirán nuevas colecciones referidas a otras décadas o "situaciones o contextos concretos"