El prestigioso pianista Marcin Masecki, conocido internacionalmente por su participación en la banda sonora de la película Cold war, actuará este martes en Bilbao, en el Teatro Campos, en el programa Algo que c@ntar, organizado por Konpartitu. "Siempre he buscado derribar la ridícula división entre jazz y música clásica", explicaba ayer, desde Alemania, en un magnífico castellano.

La música ha acompañado a Masecki desde la niñez, en Colombia, donde creció. "Mi padre era clarinetista y profesor, y empezó a enseñarme música con solo tres años, con ejercicios muy básicos y simples, repitiendo notas, como si fuera parte de un juego", rememora. Un divorcio posterior y un viaje a Disneylandia, en California, cuando contaba ocho años, hicieron el resto. "Me quedé hipnotizado con un pianista que tocaba ragtime en un bar. Me enamoré de la música y, especialmente, del jazz, apoyado por la nueva pareja de mi madre. Tenía relación con la imaginación y la improvisación; la clásica era la realidad", apostilla.

Desde entonces, la obra de Masecki fluye entre ambas disciplinas: la clásica y el jazz. "Siempre me resultó natural y al ir tocando con otra gente me enfrenté a esa dicotomía que no entendía. La división era engañosa y busqué derribarla por ridícula; y aquí sigo, tratando de unir ambos mundos, que me alimentan", explica el pianista, que ha grabado discos sobre la obra de Beethoven, Chopin y Bach, pero sube a su altar imaginario a pianistas como Thelonious Monk, Bill Evans y Oscar Peterson. "Es difícil puntuar la creación y Bach tiene 350 años, pero esos pianistas son muy importantes, especialmente Monk, para mí el n.º 1. Era raro, mezclaba belleza con sonidos ininteligibles y torpes", explica.

Ligado tangencialmente al folk de su país por Chopin y sus mazurcas y polonesas, el músico polaco reconoce también la influencia del minimalismo en su obra, al ser "parte del vocabulario de cualquier músico moderno". Él utiliza dicho estilo como una forma de rebelión. "Toco el piano de formar percusiva y minimal para huir de la tradición pianística polaca, que es muy romántica e intenta imitar la voz y el bel canto. Me rebelo ante ello", asume.

En solitario

Convertido en estrella europea tras el éxito de la banda sonora de Cold war, aunque "solo hice arreglos para tres temas, lo que es muy gracioso", Masecki actuará en solitario en Bilbao tras varios años involucrado en giras con grupos de formación diversa. "Tengo suerte de poder tocar solo. Viajar solo es lindo porque me permite una mayor relación con los lugares y la gente que conozco", indica. "Y tocar solo me permite experimentar un poco aunque no uso la improvisación de manera budista, como Keith Jarrett, que se lanzaba a la nada absoluta. Para mí, es una herramienta más, parte del lenguaje del jazz", apostilla.

Además de una serie de temas de reciente creación y de Cold warque, confiesa, le resultaba desconocido hasta hace poco. "El jazz llegó a Europa y en Polonia se mezcló con Chopin, la amplia comunidad judía y algo de las rusas, alemanas y ucranianas. Y todo se olvidó con la Segunda Guerra Mundial' y el posterior comunismo. Esa mezcla ofrece una gran riqueza y he podido redescubrir esa época, mi propia historia", según un músico que niega "ser radical" y que conversará con el público tras el concierto.

Diálogo con el músico. El pianista polaco Marcin Masecki actuará hoy en el Teatro Campos Elíseos de Bilbao, con el teclista José Luis Canal como telonero, en el marco del programa 'Algo que c@ntar' de Konpartitu, que incorpora un diálogo con el músico tras el concierto.

Horario adelantado. El concierto, que cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Bilbao y la colaboración del Instituto Polaco de Cultura, comenzará a las 19.00 horas.