El próximo día 29, el Teatro Arriaga retrocederá dos siglos en el tiempo, gracias a que el cantautor arratiarra Gontzal Mendibil se meterá en la piel del bardo José María Iparragirre para interpretar sobre las tablas del coliseo bilbaino Bilbao eta Fueruak pakearen-tzat-Bilbao y los Fueros para la paz, obra escrita por el músico de Urretxu y dedicada a Bilbao y a los bilbainos.

Será un concierto especial el que se ofrecerá en el Arriaga. Gontzal Mendibil, caracterizado de Iparragirre, contará y cantará las andanzas y vivencias del bardo de Urretxu, desde su participación en la Primera Guerra Carlista a su largo peregrinaje por Europa y América, continente este último donde permaneció durante casi dos décadas. Gontzal Mendibil desgranará así su vida y su obra, llena de hechos significativos en la historia del siglo XIX.

Su mujer, Ángela, con quien se casó cuando ella tenía 17 años y él 36, será interpretada por la donostiarra Ainhoa Tabuyo, del Coro Easo. La representación contará con el acordeonista urretxuarra Gorka Hermosa, mientras que Alberto Rodríguez dará sus notas con la guitarra. También formarán parte del elenco dos actores: Benito Pacheco, en el personaje de Sánchez Silva, e Iñaki García Uribe, que dará vida al corregidor que desterró a Iparragirre de Euskal Herria, después de que fuera detenido en Tolosa, en 1855, acusado de “agitador de masas”.

Y todo ello ensalzado, musicado y cantado en compañía de la Sociedad Coral de Bilbao y de la Banda de Música de la capital vizcaina, bajo la dirección musical de José Rafael Pascual Vilaplana.

Una relación íntima

Es conocida la relación e influencia que la ciudad de Bilbao tuvo en Iparragirre y en su obra. Su periodo como artista e icono de la libertad foral coincide con su estancia y reiteradas actuaciones en los nuevos cafés teatros que florecieron en la Plaza Nueva, inaugurada unos pocos años antes y donde Iparragirre forjó su leyenda y sus composiciones más destacadas, incluido el Gernikako Arbola.

Según las crónicas de aquel Bilbao de 1851 que contaba solo con 15.000 habitantes, en pocos días conquistó a los concurrentes de La Pastelería y el eco de sus actuaciones se fue agrandando. Iparragirre vuelve de su destierro forzado al final de la 1a guerra carlista, gracias al bilbaino general Mazarredo, así que su obra y figura estarán estrechamente vinculada al floreciente periodo romántico que vivía entonces la ciudad.

Y es en Bilbao donde el bardo de Urretxu empieza a canturrear los primeros versos de la nueva poesía y canto: Gernikako Arbola / da bedeinkatua / Euskaldunen artean / guztiz maitatua. Poco después, gracias al apoyo que encontró entre el público, la canción se convirtió en un himno.

Todo ello hará que el del próximo día 29 en el Arriaga sea, sin duda alguna, un concierto especial y emotivo en honor a nuestro ilustre y carismático cantor José María Iparragirre.