El consejero de Cultura, Bingen Zupiria, ya apuntaba hace unos días que durante este verano podría haber alguna actividad cultural. “Aunque, por supuesto, primando garantizar la salud y seguridad pública y manteniendo los protocolos y medidas adecuadas como la higiene personal, el distanciamiento físico y control de aforo”. Y entre las actividades que antes podrían volver a la normalidad está la apertura de museos, tal y como ha dejado claro el Gobierno vasco también en su plan ideado de cara a “la transición a la nueva normalidad”. En este, una vez superado el peor escenario del coronavirus, se contempla la apertura de los centros culturales, teatros y museos.

El director del Guggenheim Bilbao, Juan Ignacio Vidarte, y el del Bellas Artes, Miguel Zugaza, se mostraban ayer esperanzados por reabrir sus centros expositivos en junio, una vez que comience en mayo el proceso para recuperar la normalidad si remite la crisis sanitaria del coronavirus. Según explicó Miguel Zugaza, en declaraciones a Efe, espera que la Cultura “no quede a la cola y que, particularmente, los museos, puedan servir pronto para que la sociedad recupere la normalidad”. “Nos estamos preparando para ello y la mejor noticia sería que este verano podamos iniciar nuestra particular desescalada” .

Por su parte, el director del Guggenheim Bilbao, Juan Ignacio Vidarte, reconoció que, aunque puedan reabrir antes del verano, los museos de Bilbao van a tener una temporada estival “muy atípica”, con un bajo nivel de visitantes porque “lógicamente lo que no va a haber es turismo, ni viajes, ni visitantes que vengan de muy lejos”. “Esperamos que a lo largo del otoño, paulatinamente, la actividad se vaya recuperando poco a poco, acercándonos a la normalidad sin que esta llegue hasta lo largo del año que viene”, estimó.

El impacto económico de la crisis del coronavirus será muy alto para ambos museos. En el caso del Guggenheim, una tercera parte de los ingresos que tiene el museo “están directamente relacionados con los visitantes y si estos no vienen, pues esa tercera parte de esos ingresos (unos 11 millones de euros al año) se perderán”, explica Juan Ignacio Vidarte.

Pero ¿qué va a ocurrir con la programación? Tanto el Guggenheim como el Bellas Artes ya lo tienen pensado. Los museos se mantienen abiertos por Internet, ofreciendo actividades y visitas virtuales culturales, pero sus salas permanecen cerradas desde la declaración del estado de emergencia. En las galerías del Guggenheim siguen colgadas las obras del artista danés Olafur Eliasson, de la pintora brasileña Lygia Clark, del estadounidense Richard Artschwger y del videoartista William Kendridge. Algunas de las exposiciones fueron inauguradas apenas unas semanas antes del confinamiento, por lo que el público apenas ha podido disfrutar de ellas. Además, la posibilidad de que viajen a Bilbao las muestras que estaban previstas para antes del verano, dedicadas a Lee Kranser, Kandinski y al ghanés El Anatsui, es casi nula, sin infraestructura internacional para poder transportarlas a la capital vizcaina.

Por ello, los responsables del Guggenheim han decidido que las muestras actuales se prorroguen hasta finales del verano en vez de clausurarlas entre mayo y junio, como estaba previsto. “Y las que teníamos previsto para el verano se presentarán en el otoño e invierno”, explica Vidarte.

En esta misma idea de desplazar una temporada todas sus exposiciones de 2020 trabaja también el Bellas Artes de Bilbao. Según ha explicado Miguel Zugaza a Efe, las exposiciones que abrieron en febrero y marzo para la temporada de primavera dedicadas al pintor guipuzcoano Vicente Ameztoy y al paisaje en la obra de los pintores Beruete y Regoyos, se prolongarán al verano y las siguientes quedarán para la temporada otoño-invierno.

“El presupuesto del museo se va a ver recortado por la falta de turistas”

Director del Guggenheim

“La mejor noticia sería que este verano podamos iniciar nuestra particular desescalada”

Director del Bellas Artes