Del mercado de abastos que fue queda una galería de techos altos de sabor artdecó y una pila de granito mármol blanco muy gastado con su grifo encima. Originalmente se usaría para limpiar hortalizas, pescado o casquería. Este viernes estaba llena de hielo y unas buenas docenas de botellines de cerveza como mandan los cánones del rock&roll.

Porque lo que fue el mercado regulador del número 23 de la calle Fernández del Campo se ha convertido en una galería que abastece, pero de creatividad. Hay locales de cerámica, satrería para canes, decoración, una agencia de comunicación y establecimientos del estilo. Todo moderno, con gusto, bien.

Jon Marin, Mila García, Aitor Lastra y Olga Zulueta lo pasaron en grande en la premiere de ‘Versión original’.

Cada vez más a menudo la propia galería alberga presentaciones. De libros, por ejemplo. Ayer, fue el turno de un nuevo disco. Una premiere para amigos. Porque la presentación musculosa del Versión original de la banda Zua tiene fecha marcada en rojo: el 28 de octubre en Kafe Antzokia. “Ya podéis ir, que si no, pasaremos a buscaros por casa”, amenazó el simpático frontman, Jon Zuazua. Jon ha sido bajista de grandes combos de conjuntos de versiones de los que firman giras potentes en su calendario, como The Groovies, por ejemplo. “Tenía ganas de componer e interpretar temas propios”, revela Zuazua. “Rock clásico, que es lo que me gusta”, añade.

La pareja formada por Tato de Zubicaray y Mercedes Azcona, con la pequeña Carla Sofía.

De ese planteamiento nació Versión original. Y también el propio título del disco. La galería se ajusta a un planteamiento desenchufado y sin demasiada percusión. Por eso, el de ayer fue un Zua de guitarras acústicas y voces en el que Alex Maldonado, Txus Yunquera, María Barrado y Aitor Fernández acompañaban a Zuazola. Faltaban el batería Alain Díez y Carlos Marquina.

Argiñe Uriarte, el estilista Walter Baggi y Marta Larraz, propietaria de Baiou, no se perdieron el concierto.

Cuando llegó, derrochando simpatía, el presidente de Unicef Comité País Vasco, Isidro Elezgarai, se fundió en un abrazo con el líder de la banda, que le retó con un “luego te saco a cantar”. Elezgarai se negó con un “no canto rock, solo Sabina. Soy sabiniano, igual que Andoni Ortuzar”, que acompañó con una sonrisa antes de relatar una anécdota del burukide en un concierto del cantautor del bombín.

Para entonces ya habían ocupado sus sillas Tato de Zubicaray, Mercedes Azcona y la hija de ambos, la pequeña Carla Sofía, puro desparpajo. Se acercaron Olga Zulueta, de Bibao Centro, el estilista Walter Baggi, Mila García, Helena y Víctor Herranz, Óscar Villamil, Javier Rodríguez, Janire Matilla, de Sweetie Glory, o Ángela Sanz. Acudieron Argiñe Uriarte y Marta Larraz, Carlos Bouzas, Aiken Ugalde, Noel Luna, Ibone Uriarte, Aitor Lastra o Belén Astolfi. Pendientes de que todo funcionara, Borja Elorza y Jon Marin.

Sonó el rock&roll del grupo bilbaino, desenchufado y perfumado por el Mississipi. La pila de hielo y cerveza se fue vaciando. Zuazua dio las gracias a las y los presentes, que coreaban estribillos. Había algo de capital europea. La galería renace.