Cinco mujeres y cuatro hombres, con otros dos hombres como suplentes, conforman el jurado que deberá decidir sobre la culpabilidad o inocencia de Bara N., de 39 años y origen senegalés, acusado de asesinar a cuchilladas a su esposa Maguette Mbeugou, en presencia de sus dos hijas de corta edad en Bilbao hace más de tres años.

Este viernes ha tenido lugar la primera sesión de este juicio en la Audiencia de Bizkaia que ha consistido en la selección del jurado. Una vez elegidos sus miembros, la vista oral se desarrollará a lo largo de siete sesiones desde el próximo lunes hasta el martes 23 de noviembre.

El próximo lunes se presentarán los informes previos y está previsto también el interrogatorio del acusado; las dos jornadas siguientes se llevarán a cabo las testificales y los otros dos, las pruebas periciales. El lunes 22 se leerán las conclusiones y los informes finales, y el martes 23 se entregará al jurado el objeto del veredicto.

Antes de entrar este viernes en el Palacio de Justicia de Bilbao, Jone Goirizelaia, que ejerce la representación legal del hermano de la víctima, ha especificado que su cliente pretende que “quede bien claro” ante la opinión pública “cómo sucedieron los hechos”. La letrada ha señalado que también quieren que “quede patente” que las mujeres “siguen sufriendo violencia” y que hay que acabar con esta “lacra”. “Si las mujeres normalmente la sufrimos (la violencia), las migrantes la sufren todavía más”, denuncia. El hermano de Maguette vive en París y se ha hecho cargo de las dos hijas de la víctima después de todo lo acontecido.

Penas de 40 años

La fiscalía, la acción popular representada por el Ayuntamiento de Bilbao y las acusaciones particulares en nombre de la Diputación de Bizkaia y del hermano de la víctima piden condenas cercanas a los 40 años de prisión por los delitos de asesinato con los agravantes de parentesco y género. Aunque la fiscalía no lo ha incluido, las acusaciones particulares también han incluido petición de penas por los delitos de abandono de menores y maltrato habitual.

La joven senegalesa Maguette Mbeugou, de 25 años, fue asesinada a cuchilladas el 24 de septiembre de 2018 en el domicilio familiar ubicado en la bilbaina calle Ollerias delante de sus hijas, de 2 y 4 años de edad, quienes convivieron solas con el cuerpo sin vida de su madre durante más de un día e incluso con la puerta del domicilio abierta. No fue hasta que una vecina entró en la casa cuando se descubrió el cuerpo de la joven asesinada.

El marido fue detenido horas después por la Ertzaintza en la localidad guipuzcoana de Mutriku tras el hallazgo del cadáver.

La historia del asesinato de Maguette es consecuencia de una serie de errores judiciales. El presunto asesino, padre de las niñas, había sido denunciado previamente por maltrato. Siete meses antes del asesinato, el juzgado de violencia de género de la capital vizcaina desestimó una orden de protección solicitada por la esposa, a la que se opuso la fiscalía y el abogado del hombre, y en esas mismas fechas, un juzgado de lo penal le absolvió de una acusación de amenazas continuadas en el ámbito familiar.

Un cúmulo de circunstancias por las que el entonces presidente del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV), Juan Luis Ibarra, consideró este crimen “un fracaso de la Justicia con mayúsculas”, “por no haber podido evitar esa muerte” cuando la víctima “había solicitado la tutela de la Justicia y no la obtuvo”.