Serán algo más de seis kilómetros en los que se encajarán hasta tres nuevos miradores colgados sobre el botxo. Un paseo a las afueras del urbanita de Bilbao, sobre la cornisa que serpentea por las faldas de Artxanda.

El recorrido (correrá en paralelo a la BI-3741) reconectará esta zona alta con la villa a través de Santo Domingo y Deusto. Y lo hará, a pesar de compartir espacio con el vial, de forma "segura, atractiva y cómoda".

No en vano, toda la zona será sometida después de verano a un cambio de imagen para dar protagonismo a los viandantes que, durante esta pandemia se cuentan a miles.

La convivencia de usos peatonales y tráfico rodado implicará la aplicación de medidas de seguridad vial que contribuyan a tranquilizar la circulación de vehículos, una demanda que ya habían puesto sobre la mesa los vecinos de esta zona en repetidas ocasiones.

Así, al estrechamiento de los carriles le seguirá la limitación de la velocidad a 30 kilómetros por hora en todo el recorrido, a excepción del tramo situado entre las rotondas de Nogaro y Trueba, donde se reducirá a 20 kilómetros por hora, tal y como ha detallado Asier Abaunza, concejal delegado de Obras, Planificación Urbana y Proyectos Estratégicos.

Asimismo se instalarán 'radares pedagógicos' en ambos sentidos de la circulación y se pondrán semáforos en los pasos de peatones en los núcleos urbanos de Berriz, Nogaro y Trueba.

A lo largo de los 16 meses que se prolongarán los trabajos de acondicionamiento, también está previsto cambiar "las marcas viales generando un itinerario peatonal -de hormigón serigrafiado con la baldosa Bilbao- en la margen derecha en sentido Santo Domingo, diferenciado de la calzada mediante la sustitución de pavimento y la colocación de una barrera de contención con alma metálica y forrada de madera", ha detallado Abaunza.

Y como en todo paseo que se precie, se crearán zonas de estancia y descanso con bancos a lo largo de todo el recorrido. Al mismo tiempo se renovarán los miradores existentes (algunos de hormigón y con aspecto degradado) y se habilitarán otros nuevos.

Se instalará, por ejemplo, un mirador nuevo en las inmediaciones de la rotonda de Nogaro. Será una estructura de madera -similar a la de Pikotamendi- de forma que la estética de entorno natural se mantenga a lo largo de todo el recorrido, han aportado fuentes municipales.