Álvaro, de 24 años, se ha incorporado al Ayuntamiento de Bilbao el pasado 29 de junio para realizar labores de subalterno. Armando y Jon ya llevan un año practicando estas mismas funciones. Su incorporación a la administración municipal está resultando muy satisfactoria para ellos y para sus compañeros. Los tres jóvenes con discapacidad intelectual pueden disfrutar del derecho al empleo público en igualdad de condiciones que el resto de la ciudadanía gracias en parte a la implicación del Consistorio.

La sensibilidad del Ayuntamiento de Bilbao en el fomento del empleo social se está materializando en diferentes propuestas que redundan en beneficio de los colectivos más vulnerables. De hecho, el compromiso presupuestario en 2020 para contratación social ascendía a 600.000 euros, pero con motivo del covid-19 se ha incrementado hasta los 680.000, dentro del plan Bilbao Aurrera. “Somos conscientes de que si siempre es difícil, ahora lo es más”, señala la concejala de Alcaldía, Gotzone Sagardui.

Desde la aprobación de unas cláusulas sociales para la contratación, la reserva de plazas para personas con una discapacidad intelectual y el pilotaje que ahora van a desarrollar con Gizatea para la puesta en marcha de una aplicación que les permita conocer el mercado laboral en la administración la implicación es patente.

Sagardui repasa algunas de las iniciativas en las que ya están trabajando. Entre ellas, la reserva de plazas dentro de la oferta de empleo del Ayuntamiento para personas con una discapacidad intelectual.

La legislatura anterior se iniciaron los primeros contactos con las entidades del ámbito de la discapacidad intelectual y con las empresas del ámbito de la inserción social. Se trata de establecer procesos de trabajo en empresas para que las personas con diferentes dificultades de acceso al ámbito laboral puedan incorporarse al mercado ordinario. Por otro lado, facilitar las pruebas de la oferta de empleo público a las personas con una discapacidad intelectual.

Prueba de este compromiso es la incorporación a la plantilla municipal de Álvaro, Armando y Jon que disfrutan ya de la estabilidad que les permite tener un trabajo. “Como no teníamos experiencia en convocatorias con discapacidad intelectual hemos hecho uso de la lista que ya tenía Diputación, pero sí tenemos un compromiso firme para que en el año 20-22 tengamos una convocatoria específica para que estas personas puedan acceder de una forma estable al puesto de trabajo del Ayuntamiento”, adelanta Sagardui.

La experiencia está resultando muy enriquecedora según comparten tanto desde el personal municipal como los propios interesados. “El desarrollo de las funciones es estupenda y la ilusión de ellos también. Me gustaría destacar que, más allá de que estamos muy comprometidos, también lo está el personal”, resalta la edil de Alcaldía.

Coincide con los propios interesados. Jon lleva un año y es uno más de su sección en el edificio Aznar. “Ya he estado en despedidas, cumpleaños e incluso en alguna boda”, señala para demostrar que es parte del equipo. Álvaro lleva poco tiempo aún, su trabajo está en el edificio San Agustín y se siente “un afortunado”.

Desde el Consistorio sienten que aportan su granito de arena para estas personas que lo tienen más difícil en los procesos de selección pública. Por eso, aunque ya existe un cupo ordinario reservado en todos los procesos, “nos hemos comprometido dentro de la discapacidad intelectual a crear puestos específicos en las convocatorias ordinarias. Somos conscientes y así nos lo trasladaban de que en este ámbito hay unas especificidades y era necesario adecuar las pruebas porque en las ofertas generales era muy complicado”.

Pero, la apuesta municipal por el empleo social es mucho más ambiciosa. Así, el Ayuntamiento ha trabajado con Gizatea en la elaboración de unas cláusulas sociales destinadas fundamentalmente al ámbito de la contratación pública “porque somos conscientes de que tenemos una especial responsabilidad. Una cosa es contratación pública y otra contratación pública responsable”, explica la concejala. Por eso, el Ayuntamiento quería fijarse unas metas de contratación en el ámbito social dentro del presupuesto municipal. En este marco, el Área de contratación trabajó con Gizatea para que las cláusulas sociales fueran realistas y se pudieran aplicar por parte de las áreas municipales llegando a un acuerdo que fue aprobado en la junta de gobierno del 25 de septiembre de 2019. Se acompañó de una instrucción que elaboró la dirección de contratación y su equipo para que en las contrataciones ordinarias del Ayuntamiento se introduzcan como requisitos la calidad de empleo, inserción sociolaboral y fomento de la igualdad entre hombres y mujeres.