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“Las familias quieren que se castigue a esta persona y que no vuelva a trabajar como enfermera”

La investigada por no vacunar a más de 400 niños en Santurtzi pospone al último día su declaración, después de escuchar a todos los testigos

“Las familias quieren que se castigue a esta persona y que no vuelva a trabajar como enfermera”Jose Mari Martínez

Toda acción viene seguida de una reacción ya sea física o emocional, o ambas a la vez. Un pinchazo, por ejemplo, acarrea una marquita, y dolor y llantos según quien sea la persona sufridora. Un pinchazo seguido de la inoculación de un medicamento deja un rastro en el torrente sanguíneo, además de un pequeño bultito y endurecimiento de esa zona cero; incluso puede estar seguido de un malestar general, fiebre, vómitos… Sin embargo, los más de cuatrocientos niños -desde bebés hasta niños de 6 años- supuestamente vacunados por M.I.R.M. no mostraron ninguna de esas alergias después de pasar por su consulta para ser vacunados contra la hepatitis, difteria, neumococos, tétanos, gripe…,

Así lo han relatado la primera decena de padres y madres que denunciaron a esta trabajadora de Osakidetza, destinada en Kabiezes entre febrero de 2021 y septiembre de 2022. Este martes 15 harán lo propio casi cuarenta familias más y el viernes a más tardar sería el turno de la investigada y que ha optado por posponer su declaración al último día, después del resto de testimonios y después de haber solicitado sin éxito la suspensión del juicio que se sigue en la Audiencia de Bizkaia

El abogado de las familias, Aitzol Asla, antes del comienzo del juicio

Se enfrenta a una pena mínima de siete años y medio que pide la Fiscalía, aunque las familias han elevado esa petición a una horquilla que va desde los 12 a los 17 años al incluir en su escrito la malversación de fondos públicos que presuntamente habría cometido al desechar las dosis de todas esas vacunas. La falsedad documental es otro de los delitos que pesan sobre la enfermera antivacunasya que pegó en las cartillas el código de barras de todos esos viales de los que no había rastro en las analíticas posteriores realizadas.

Más pendientes de su bebé

Los primeros en pasar por el estrado están siendo las madres y los padres. Todos jóvenes. Y todos sin fijarse en el comportamiento de la acusada porque estaban más pendientes su bebé y de calmarlo. Una de las madres, enfermera de profesión también, acompañó estas afirmaciones con un apunte más técnico: “la inoculación fue muy rápida” para el volumen de líquido que se inyecta.

Los relatos de unas y otros fueron, precisamente, reflejo de las sorpresas que se llevaron en la consulta a pesar de que la mayoría eran primerizos. Una de esas madres, S.L., recordaba el extraño comportamiento de la sanitaria cuando “bromeando le dijimos que parecía que le estaba inyectando agua porque no le dan fiebre”. Acción, reacción. El testimonio de otra madre incidió en que “lo hizo demasiado rápido y de espaldas a mí”, recordando lo distinto que había sido en comparación con el mismo proceso a su hijo más mayor en otras fechas. Y una más. En un caso descrito ayer, la enfermera M.I.R.M. entregó una campanilla de juguete a la menor y le pidió que repitiera “Hada, protégeme, protégeme” para que la inyección no le hiciera daño.

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Muchos empapadores

El juicio arrancaba con casi dos horas de retraso y fuera de los juzgados, el abogado de las familias ha hablado en nombre del medio centenar de esas madres y padres que denunciaron a la trabajadora de Osakidetza. "Quieren que se castigue a esa persona y que no vuelva a trabajar como enfermera”, subrayaba Aitzol AslaEl abogado de la sanitaria, por su parte, centró su estrategia en saber si alguien vio a M.I.R.M. tirar alguna jeringuilla a la papelera. Lo que si vio un padre en ese depósito fueron muchos empapadores aunque lo que realmente le sorprendió fue ver a "la susodicha" rebuscando entre esos protectores...