Las casi 50 familias que piden 12 años de prisión para una enfermera del ambulatorio de Kabieces en Santurtzi, que simulaba vacunar a los niños, pero que en realidad no lo hacía, confían en la solidez de su acusación y en que suponga "un castigo" para la profesional que "jugó" con la salud de más de 400 niños.

La Fiscalía, por su parte, pedirá una condena de 7 años y medio para esa profesional que ejerció como enfermera de pediatría desde febrero de 2021 hasta el 12 de septiembre de 2022, periodo en el que debía haber administrado vacunas a 404 menores pero que "conscientemente" no se las inoculó y después rellenaba la cartilla de vacunación de los niños como si lo hubiera hecho.

En una vista oral que comenzará el lunes en la Audiencia de Bizkaia, el Ministerio Público pedirá para esa mujer una condena como autora de sendos delitos continuados de daños agravados y de falsedad documental.

Según han informado a EFE el abogado Aitzol Asla, que representa a esas familias, su petición de pena supera los 12 años de prisión al estimar que en la vista oral quedará probado que además de los delitos expuestos por la Fiscalía, la encausada cometió malversación de fondos públicos.

Desechó dosis de esas vacunas valoradas en unos 26.700 euros y, tras descubrir ese proceder de su trabajadora, Osakidetza tuvo que inocular a los menores afectados las vacunas que no habían recibido, lo que generó un nuevo gasto de unos 5.300 euros, calcula el escrito fiscal para determinar la cantidad que solicita que pague como indemnización al Servio Vasco de Salud. La Fiscalía también pide imponer una multa de 18.240 euros a la encausada.

Las familias que denunciaron a esa enfermera afrontan "con ganas el juicio para contar todo lo que vivieron", y explicar ante el tribunal cómo escucharon a esa profesional comentarios en contra de las vacunas y aconsejando a los padres a "dejar a los niños correr descalzos por la hierba" para mejorar su sistema inmunológico.

Sostienen, ha explicado el abogado, que "cada cual puede tener una opinión, pero como profesional tiene un deber y en ningún caso puede tomar decisiones sobre la salud de los niños", ni fingir ante sus padres que les vacunaba pero no lo hacía o no lo hacía correctamente, "poniendo en riesgo" a los menores, desprotegidos ante enfermedades.

Los padres persiguen que esa enfermera no pueda volver a ejercer como tal, "y que Osakidetza no se olvide que este tipo de actitudes son graves y deben de ser castigadas".

"Ella manifestaba abiertamente que estaba en contra de las vacunas" y aunque al principio pensaron "que solo eran criterios personales algo extravagantes", luego empezaron a sospechar de que no estaba vacunando correctamente a sus hijos y decidieron denunciarlo "preocupados" por las consecuencias que ello podía tener, ha expuesto Asla.

Confían, ha continuado, en que el tribunal sancione a la acusada por hacerles creer que sus hijos estaban correctamente protegidos y por utilizar incorrectamente el material suministrado por Osakidetza -y abonado con fondos públicos- ya que tiraba las vacunas no usadas.

La acusación ha presentado una cuestión previa que deberá resolverse al inicio del juicio y después el tribunal escuchará el interrogatorio a la inculpada.

Tras ella pasarán a testificar alrededor de 70 personas entre padres de los niños afectados, responsables de la investigación interna que hizo Osakidetza de este caso, compañeros de la encausada llamados a petición de su defensa, además de los peritos.

Para escuchar todos esos testimonios y la practica del resto de la prueba, la Audiencia vizcaína ha señalado cinco sesiones de juicio, de lunes a viernes.