Una máquina de escribir, un walkman, una cámara Super 8, utensilios de cocina, cuadros, vajillas de restaurantes que ya no existen, las balanzas que utilizaban las sardineras para pesar el pescado, un teléfono de pared de color crema... Estos objetos, con el mero hecho de mirarlos llevan a muchas personas a recuerdos de familia, a revivir momentos añorados y, por otra parte, también invitan a quienes no vivieron aquellos tiempos a conocer una parte cotidiana sí, pero muy importante de la historia del pasado siglo. En el marco de la Bienal Histórica de Santurtzi celebrada la pasada semana, la asociación Kaia ha organizado una exposición en la que esos objetos tan cotidianos que han marcado la vida y los recuerdos de varias generaciones vuelven al primer plano, vuelven a brillar y a ser protagonistas. “Queremos que a través de esta exposición la gente recuerde momentos vividos y las personas más jóvenes que no vivieron esas épocas aprendan algo de nuestra historia”, apunta Marina Sesumaga, una de las integrantes de la asociación Kaia, entidad que ha organizado la exposición Aquellos aparatos y cosas de aquellos años.
Y es que en cada casa, en cada lonja y en cada rincón puede haber objetos que, por sí solos, pueden ser narradores de la historia del pasado siglo. “Los integrantes de Kaia somos personas que guardamos aquellas cosas que tienen valor histórico y lo que se puede ver en esta exposición es parte de todo aquello que hemos ido recopilando. Esta muestra es una forma también de concienciar a la gente de que no tire ciertas cosas porque pueden tener un gran valor”, explica Sesumaga. Paseando por el hall central de la Casa Torre santurtziarra, muchas personas también pasean, recorren etapas de su vida. En especial, aquellos y aquellas santurtziarras que ya peinan canas mirarán con añoranza objetos como la balanza de color verde en la que las sardineras pesaban el pescado y que han sido todo un símbolo de la localidad marinera. Las sardineras han sido un pilar fundamental del gran estatus que tiene Santurtzi a nivel gastronómico y también los restaurantes han sido parte importante de ese éxito. En esta muestra, también hay objetos históricos como jarras y vajillas que son vestigios de lo que fueron templos de la gastronomía santurtziarra como Kai Alde y Currito.
El pasado y más concretamente la segunda mitad del siglo pasado es para no pocas personas, su infancia. Esa parte tan importante de la vida es, sobre todo, aprendizaje y juego y por ello, en Aquellos aparatos y cosas de aquellos años, también se pueden ver juguetes tan utilizados en aquella parte de nuestra historia como, por ejemplo, muñecas, juegos de mesa, el juego de la rana y peonzas entre otros. También hay espacio para tebeos y para aquellos boletines de calificaciones en los que cada alumno recibía las notas de cada trimestre. Asimismo, también hay en esta muestra joyas como una fotografía que retrata el tranvía eléctrico que unía la localidad marinera y Bilbao. Aunque en el chasis del tranvía pusiese Bilbao a Santurce 1890, la realidad es que este medio de transporte no entró en servicio hasta 1896 tras varios intentos infructuosos.
La historia se escribe en base a pequeños detalles, en base a esas pequeñas cosas que en su día fueron cotidianas, pero que pasados los años son reflejo de cómo se vivía en diferentes épocas. “Hacemos un llamamiento a la gente a que no tire ese tipo de cosas, nosotros, si lo desean, las recogemos porque tenemos pensado hacer más exposiciones e iniciativas”, concluye Marina Sesumaga, integrante de Kaia, la asociación que esta narrando la historia de Santurtzi a través de objetos.