A partir de hoy, los restos mortales de Benigno Hierro Pinedo, miliciano del batallón Perezagua, reposan en el nicho familiar del cementerio de su localidad natal, Ortuella, culminando la labor desarrollada durante años por diversos agentes públicos y privados empeñados en recuperar la dignidad de las víctimas del bando republicano durante la sublevación militar franquista, repudiados y olvidados por el bando que se impuso por la fuerza de las armas en cunetas y fosas comunes. “87 años después, un 13 de junio, nos llegó la noticia de que sus restos podían ser los hallados en una fosa común de Amorebieta, algo que parecía de película”, relataba su sobrino nieto, Koldo Hierro, mientras su padre, Pedro Hierro, contenía a duras penas las lágrimas ante la recuperación de los retos mortales de su tío.
“Yo no lo conocí porque nací diez años más tarde de su muerte, pero en la familia siempre hemos oído hablar de él” reseñaba este anciano, al tiempo que recordaba que “a Daniel y a otro de sus hermanos les encantaba participar en las carreras pedestres que se organizaban en esta zona”. Un recuerdo que seguramente comparte la hermana del finado, Palmira que a sus 92 años vive retirada en un convento de Barcelona. Pese a sus problemas de memoria, “se ha alegrado de que su padre pueda descansar junto a su esposa y su hermano”, remarcaba su sobrino nieto Koldo Hierro en el emotivo acto celebrado ayer en la Casa Social de Intxaurdi, a escasos metros de la que fuera la casa familiar.
Benigno Hierro Pinedo era nacido en Golifar y vecino de Nocedal; trabajaba como minero; estaba casado y tenía dos hijos, Palmira y Daniel. Combatió en el batallón nº 10 Perezagua del Partido Comunista de Euskadi y murió en combate el 7 de abril de 1937, cuando tenía 31 años, según consta en el Registro de Fallecidos en Campaña, conservado en el Archivo Histórico Provincial de Bizkaia.
Aranzadi
Sus restos fueron hallados por la Sociedad de Ciencias Aranzadi en una fosa común en el cementerio de Amorebieta. Benigno Hierro Pinedo es el cuarto identificado en este camposanto, junto a los también vecinos de Meatzaldea Adolfo Cengotitabengoa Izurza, Jaime Iñiguez Nieva y Enrique Contreras. En total, en las tres campañas de excavación realizadas en ese lugar se han recuperado los restos de 106 personas.
Para dirigir las labores de identificación de las 102 personas aún sin identificar, Gogora busca a los familiares de fallecidos desaparecidos en combate entre noviembre de 1936 y mayo de 1937 en Bizkaia. Tanto desde la Mesa de la Memoria de Ortuella como desde el Instituto Vasco Gogora se ha hecho un llamamiento a las familias de excombatientes para aportar su ADN con el fin de poder identificarlos y recuperar su dignidad. El director de este organismo, Alberto Alonso –que presidió el acto junto alcalde de Ortuella, Saulo Nebreda– reconoció en su intervención el trabajo llevado a cabo ya que “cada identificación, cada reconocimiento y cada devolución de los restos a una familia, hace que la sociedad vasca sea un poco más digna”.